CIUDAD DEL VATICANO, (OEM-EFE).- La ceremonia comenzó, según se lee en el misal que el Vaticano distribuyó, con el rezo de la Coronilla de la Misericordia a las 9:00 hora italiana (7:00 GMT), ya que es la hora que se celebra la Divina Misericordia, fiesta de la Iglesia Católica que proclamó el Papa Juan Pablo II.
Al coro de la Capilla Sixtina, presente en todas las celebraciones, en esta ocasión se le unió la Filarmónica de Cracovia y el Coro de la Diócesis de Bergamo.
La parte más importante de la ceremonia fue el rito de la canonización, cuando el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, presentó a Francisco "las tres peticiones" de canonización para ambos papas, primero con "gran fuerza", después con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".
A continuación, el Papa pronunció la fórmula: "En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".
Francisco pidió que los papas sean inscritos en el "Libro de los Santos".
Posteriormente, se llevó hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos.
En el caso de Juan Pablo II fue una ampolla con su sangre y que llevara la mujer costarricense, Floribeth Mora, cuya sanación ha servido como segundo milagro para la canonización del Papa polaco.
La reliquia de Juan XXIII es un pedazo de piel desprendido durante la exhumación, y que portaran familiares del santo, entre ellos, su sobrino.
El Vaticano anunció hoy además que el Papa Francisco saludó a todas las delegaciones después de la ceremonia.
Posteriormente, la basílica vaticana permaneció abierta hasta las diez de la noche (20:00 GMT) para que los fieles visitaran las tumbas de los dos papas santos.
En general la celebración fue sobria y solemne sin grandes fastos, ya que el único acto que fue programado fue la "Noche de Oración" que se celebró en once iglesias de Roma, donde los fieles estuvieron invitados a rezar y confesarse.
Mañana se celebrará una misa de agradecimiento por las canonizaciones.
Al coro de la Capilla Sixtina, presente en todas las celebraciones, en esta ocasión se le unió la Filarmónica de Cracovia y el Coro de la Diócesis de Bergamo.
La parte más importante de la ceremonia fue el rito de la canonización, cuando el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, presentó a Francisco "las tres peticiones" de canonización para ambos papas, primero con "gran fuerza", después con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".
A continuación, el Papa pronunció la fórmula: "En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".
Francisco pidió que los papas sean inscritos en el "Libro de los Santos".
Posteriormente, se llevó hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos.
En el caso de Juan Pablo II fue una ampolla con su sangre y que llevara la mujer costarricense, Floribeth Mora, cuya sanación ha servido como segundo milagro para la canonización del Papa polaco.
El Vaticano anunció hoy además que el Papa Francisco saludó a todas las delegaciones después de la ceremonia.
Posteriormente, la basílica vaticana permaneció abierta hasta las diez de la noche (20:00 GMT) para que los fieles visitaran las tumbas de los dos papas santos.
En general la celebración fue sobria y solemne sin grandes fastos, ya que el único acto que fue programado fue la "Noche de Oración" que se celebró en once iglesias de Roma, donde los fieles estuvieron invitados a rezar y confesarse.
Mañana se celebrará una misa de agradecimiento por las canonizaciones.
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