CIUDAD DEL VATICANO, (OEM-EFE).- Dos papas vivos, Francisco y el emérito Benedicto XVI, coincidieron hoy en la ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro de los dos papas más venerados del siglo XX, Juan Pablo II y Juan XXIII.
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, había anunciado la asistencia de Benedicto XVI al acto, al que habrían acudido un millón de fieles, cerca de 150 cardenales, delegaciones de 92 países y 24 jefes de Estado y Gobierno.
Para la canonización histórica en San Pedro estuvieron 24 jefes de Estado y Gobierno y 23 ministros, entre ellos los reyes de España y de Bélgica, además de los presidentes de Paraguay, Honduras, El Salvador, Ecuador, Albania, Croacia, y Polonia, entre otros.
Desde Polonia llegó el mayor número de fieles para asistir a la canonización de quien fue el arzobispo de Cracovia, y se previó la llegada a la capital italiana en 1,700 autobuses, 5 trenes y 58 vuelos charter.
La organización logística a cargo de la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP) del vicariato de Roma informó de que se esperaron entre 500,000 y 800,000 personas, pero pudieron ser hasta un millón.
No todas pudieron entrar en la plaza y por ello se instalaron hasta 17 pantallas gigantes en varios puntos de Roma para que los peregrinos que no puedieron acceder a la plaza vaticana no se perdieran de observar y escuchar la ceremonia.
El portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que la Plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliazione, la avenida que une Roma con la Ciudad del Vaticano, contuvo hasta 250,000 personas por lo que el resto tuvo que asistir en los aledaños a la canonización.
La misa fue oficiada por el Papa Francisco y concelebraron entre 130 y 150 cardenales procedentes de todo el mundo, así como 1,000 obispos y 870 sacerdotes se encargaron de dar la comunión.
Los más cercanos al Papa fueron el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, el cardenal polaco, histórico secretario de Juan Pablo II, Stanislao Dziwisz, y el obispo de Bergamo, Francesco Beschi, procedente de la ciudad natal de Juan XXIII.
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, había anunciado la asistencia de Benedicto XVI al acto, al que habrían acudido un millón de fieles, cerca de 150 cardenales, delegaciones de 92 países y 24 jefes de Estado y Gobierno.
Para la canonización histórica en San Pedro estuvieron 24 jefes de Estado y Gobierno y 23 ministros, entre ellos los reyes de España y de Bélgica, además de los presidentes de Paraguay, Honduras, El Salvador, Ecuador, Albania, Croacia, y Polonia, entre otros.
Desde Polonia llegó el mayor número de fieles para asistir a la canonización de quien fue el arzobispo de Cracovia, y se previó la llegada a la capital italiana en 1,700 autobuses, 5 trenes y 58 vuelos charter.
La organización logística a cargo de la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP) del vicariato de Roma informó de que se esperaron entre 500,000 y 800,000 personas, pero pudieron ser hasta un millón.
El portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que la Plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliazione, la avenida que une Roma con la Ciudad del Vaticano, contuvo hasta 250,000 personas por lo que el resto tuvo que asistir en los aledaños a la canonización.
La misa fue oficiada por el Papa Francisco y concelebraron entre 130 y 150 cardenales procedentes de todo el mundo, así como 1,000 obispos y 870 sacerdotes se encargaron de dar la comunión.
Los más cercanos al Papa fueron el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, el cardenal polaco, histórico secretario de Juan Pablo II, Stanislao Dziwisz, y el obispo de Bergamo, Francesco Beschi, procedente de la ciudad natal de Juan XXIII.
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