Alejandro Colón
El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reconoció al escritor Gabriel García Márquez como "el más grande colombiano de todos los tiempos" y subrayó que su obra nos deja la esperanza, la tarea, la determinación de unirnos por el bien de nuestros pueblos.
Durante el Homenaje Nacional a la memoria del autor, en el Palacio de Bellas Artes, el Mandatario colombiano abrió su discurso al admitir que acudió a "la casa por excelencia de la cultura de México con el corazón adolorido y el alma agradecida para decir adiós en representación de más de 47.000,000 de compatriotas al más grande colombiano de todos los tiempos, al maestro Gabriel García Márquez".
Antes de montar una guardia de honor en torno al nicho que guardan las cenizas del escritor, acompañado del Presidente Enrique Peña Nieto, Santos reconoció que los murales de Rivera, de Siqueiros, de Tamayo, de Orozco, son el marco apropiado para un hombre que más que colombiano incorporó en sus obras la esencia misma del ser latinoamericano y muy especialmente del ser caribe.
"México y Colombia, mi querido Presidente Peña Nieto, hermanadas por tantos motivos, nos unimos otra vez en esta ceremonia de afectos, porque Gabo era, ante todo, una persona de afectos. Nos unimos para rendir homenaje a quien un día de diciembre de 1982 desde la gélida Estocolmo impactó al mundo al hablar de la soledad de América Latina", recordó.
Recordó que al recibir el Nóbel de Literatura, García Márquez reconoció que nunca es demasiado tarde para creer en la utopía, una nueva y arrasadora utopía de la vida donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de verás sea cierto el amor y sea posible la felicidad.
Y en sus obras, continuó el Mandatario colombiano, Gabo se lo dice a Colombia y se lo dice al mundo: no estamos condenados al mando.
"Hoy venimos desde Colombia hasta México y vienen admiradores y amigos de Gabo desde todos los rincones del planeta para ratificar nuestro compromiso con la utopía posible, con una América Latina que supera su soledad y encuentra su segunda oportunidad sobre la tierra", ponderó ante la familia del escritor.
Consideró un privilegio llamar compatriota al hombre que imaginó a Macondo y que escribió sobre el poder más grande, más influyente de todos, que es el poder del amor.
Y anotó que así como este personaje se encuentra en distintos lugares de México y Colombia, Macondo también "son los cientos, los miles de amigos de Gabo que ha dejado huérfanos en el mundo, porque si algo hacía Gabo mejor que libros, era amigos.
"Macondo es un mundo nuevo y antiguo a la vez, donde son posibles las utopías de la paz que buscamos, que tantas veces buscamos juntos, de la justicia, de la libertad, de la educación y, sobre todo, del amor", destacó.
"Y venimos a dejar testimonio de que Gabriel García Márquez, el más colombiano de los colombianos sigue vivo, seguirá vivo en sus libros y en sus textos, pero sobre todo, más que nada, vivirá para siempre en las esperanzas de la Humanidad. Gloria eterna a quien más gloria nos ha dado", concluyó.
Durante el Homenaje Nacional a la memoria del autor, en el Palacio de Bellas Artes, el Mandatario colombiano abrió su discurso al admitir que acudió a "la casa por excelencia de la cultura de México con el corazón adolorido y el alma agradecida para decir adiós en representación de más de 47.000,000 de compatriotas al más grande colombiano de todos los tiempos, al maestro Gabriel García Márquez".
Antes de montar una guardia de honor en torno al nicho que guardan las cenizas del escritor, acompañado del Presidente Enrique Peña Nieto, Santos reconoció que los murales de Rivera, de Siqueiros, de Tamayo, de Orozco, son el marco apropiado para un hombre que más que colombiano incorporó en sus obras la esencia misma del ser latinoamericano y muy especialmente del ser caribe.
"México y Colombia, mi querido Presidente Peña Nieto, hermanadas por tantos motivos, nos unimos otra vez en esta ceremonia de afectos, porque Gabo era, ante todo, una persona de afectos. Nos unimos para rendir homenaje a quien un día de diciembre de 1982 desde la gélida Estocolmo impactó al mundo al hablar de la soledad de América Latina", recordó.
Y en sus obras, continuó el Mandatario colombiano, Gabo se lo dice a Colombia y se lo dice al mundo: no estamos condenados al mando.
"Hoy venimos desde Colombia hasta México y vienen admiradores y amigos de Gabo desde todos los rincones del planeta para ratificar nuestro compromiso con la utopía posible, con una América Latina que supera su soledad y encuentra su segunda oportunidad sobre la tierra", ponderó ante la familia del escritor.
Consideró un privilegio llamar compatriota al hombre que imaginó a Macondo y que escribió sobre el poder más grande, más influyente de todos, que es el poder del amor.
Y anotó que así como este personaje se encuentra en distintos lugares de México y Colombia, Macondo también "son los cientos, los miles de amigos de Gabo que ha dejado huérfanos en el mundo, porque si algo hacía Gabo mejor que libros, era amigos.
"Macondo es un mundo nuevo y antiguo a la vez, donde son posibles las utopías de la paz que buscamos, que tantas veces buscamos juntos, de la justicia, de la libertad, de la educación y, sobre todo, del amor", destacó.
"Y venimos a dejar testimonio de que Gabriel García Márquez, el más colombiano de los colombianos sigue vivo, seguirá vivo en sus libros y en sus textos, pero sobre todo, más que nada, vivirá para siempre en las esperanzas de la Humanidad. Gloria eterna a quien más gloria nos ha dado", concluyó.
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