Patricia Carrasco
Minutos antes de las 16:00 horas llegó la urna que contenía las cenizas del escritor colombiano Gabriel García Márquez al vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, se colocó sobre una base de madera negra, adornada con rosas amarillas.
Afuera en el pleno rayo del sol, largas filas de personas que esperaron horas y horas para poder entrar a las escalinatas de recinto cultural para despedirse de Gabo en menos de un minuto.
"En una pequeña urna de fina madera quedaron los restos del Premio Nóbel de Literatura 1982, con sus gustadas rosas amarillas", comentó el público presente.
Arriba del vestíbulo, una monumental fotografía de Gabriel García Márquez con su frase: "La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda. Y cómo la recuerda para contarla". 1927-2014, inundó el lugar de su presencia.
Así como miles de rosas amarillas, girasoles y otras flores del mismo color, en ramos y coronas fueron colocadas para recordar que eran las favoritas de uno de los colombianos más famosos del mundo.
Mientras interminables guardias de honor de escritores, familiares, políticos, se despedían del maestro colombiano, en el Palacio de las Bellas Artes, mudo testigo del homenaje nacional a Gabriel García Márquez.
La entrada al público inició pasadas las 16:00 horas y concluyó pasadas las 19:30 horas, en una primera etapa.
El homenaje estuvo acompañado de música de cuerdas y clásica del Cuarteto Clifton, que interpretó a Beethoven, Schubert, Brahms, Mendelssohn, música favorita del escritor.
Pero no faltó el toque caribeño. A las 17:10 llegó el grupo de vallenato colombiano Guata Puri, que interpretó composiciones en honor al maestro de Aracataca.
En la segunda canción los presentes comenzaron a darle alegría al solemne acto de despedida.
La primera guardia la realizó la señora Mercedes Barcha, viuda de García Márquez en compañía de sus hijos Rodrigo y Gonzalo, el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, y la directora del INBA, María Cristina García Zepeda.
Luego siguieron otros familiares, sus nietos, su chofer Genovevo; intelectuales como Héctor Aguilar Camín, Angeles Mastreta, Homero Aridjis, el periodista Jacobo Zabludosky, Porfirio Muñoz Ledo; a las 18:00 horas llegó el jefe de gobierno capitalino, Miguel Angel Mancera, y varios senadores.
Los admiradores del escritor comenzaron a llegar desde las 10:00 horas a las afueras de Bellas Artes con sus libros "Cien Años de Soledad", "El Coronel no Tiene Quién le Escriba", "Memorias de mis Putas Tristes", entre otras, como un homenaje al hombre que le dio a la Humanidad tantas historias mágicas.
A las 18:30 horas nuevamente la esposa de Gabo, sus hijos Rodrigo Gonzalo y uno de sus nietos volvieron a montar una guardia de honor, lo que provocó aplausos interminables.
La urna que contenía las cenizas de García Márquez las recibió Tovar y de Teresa, las colocó en la base y luego se adornó con las rosas amarillas.
Minutos antes de las 16:00 horas llegó la urna que contenía las cenizas del escritor colombiano Gabriel García Márquez al vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, se colocó sobre una base de madera negra, adornada con rosas amarillas.
"En una pequeña urna de fina madera quedaron los restos del Premio Nóbel de Literatura 1982, con sus gustadas rosas amarillas", comentó el público presente.
Así como miles de rosas amarillas, girasoles y otras flores del mismo color, en ramos y coronas fueron colocadas para recordar que eran las favoritas de uno de los colombianos más famosos del mundo.
Mientras interminables guardias de honor de escritores, familiares, políticos, se despedían del maestro colombiano, en el Palacio de las Bellas Artes, mudo testigo del homenaje nacional a Gabriel García Márquez.
La entrada al público inició pasadas las 16:00 horas y concluyó pasadas las 19:30 horas, en una primera etapa.
El homenaje estuvo acompañado de música de cuerdas y clásica del Cuarteto Clifton, que interpretó a Beethoven, Schubert, Brahms, Mendelssohn, música favorita del escritor.
Pero no faltó el toque caribeño. A las 17:10 llegó el grupo de vallenato colombiano Guata Puri, que interpretó composiciones en honor al maestro de Aracataca.
En la segunda canción los presentes comenzaron a darle alegría al solemne acto de despedida.
La primera guardia la realizó la señora Mercedes Barcha, viuda de García Márquez en compañía de sus hijos Rodrigo y Gonzalo, el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, y la directora del INBA, María Cristina García Zepeda.
Luego siguieron otros familiares, sus nietos, su chofer Genovevo; intelectuales como Héctor Aguilar Camín, Angeles Mastreta, Homero Aridjis, el periodista Jacobo Zabludosky, Porfirio Muñoz Ledo; a las 18:00 horas llegó el jefe de gobierno capitalino, Miguel Angel Mancera, y varios senadores.
Los admiradores del escritor comenzaron a llegar desde las 10:00 horas a las afueras de Bellas Artes con sus libros "Cien Años de Soledad", "El Coronel no Tiene Quién le Escriba", "Memorias de mis Putas Tristes", entre otras, como un homenaje al hombre que le dio a la Humanidad tantas historias mágicas.
A las 18:30 horas nuevamente la esposa de Gabo, sus hijos Rodrigo Gonzalo y uno de sus nietos volvieron a montar una guardia de honor, lo que provocó aplausos interminables.
La urna que contenía las cenizas de García Márquez las recibió Tovar y de Teresa, las colocó en la base y luego se adornó con las rosas amarillas.
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