CIUDAD DEL VATICANO, (Notimex).- En la Iglesia hay personas que siguen a Jesús por vanidad, sed de poder o dinero, advirtió hoy el Papa Francisco, durante la misa celebrada en el Palacio de Santa Martha, donde instaló su residencia.
El Pontífice exhortó a los "trepadores" que quieran hacer "alpinismo" dentro de la Iglesia a buscar otro destino. El Papa se inspiró en el pasaje del Evangelio en que Jesús reprocha a quienes lo buscaban porque se habían saciado con la multiplicación del pan y del pescado.
"Jesús se refiere a tres comportamientos que no son buenos cuando se le sigue a él o se busca a Dios". El primero es la vanidad, que en particular se refiere a aquellos "notables" o "dirigentes" que hacen la limosna o ayunan para "hacerse ver".
Otros, señaló, siguen a Jesús y no del todo conscientes o hasta inconscientemente buscan el poder. "El caso más claro es el de Juan y Jaime, los hijos de Zebedeo, que pedían a Jesús la gracia de ser primer ministro y viceministro cuando arribase el Reino".
Francisco también se refirió a los "trepadores" sociales que, dijo, abundan y tocan las puertas de la Iglesia. "Pero si te gusta ve al norte a hacer alpinismo y no vengas a la Iglesia a trepar".
Según el Pontífice, la tercera cosa que aleja de la rectitud de las intenciones es el dinero. "Aquellos que siguen a Jesús por dinero, con el dinero, buscan aprovecharse económicamente de la parroquia, de la diócesis, de la comunidad cristiana, del hospital, del colegio", anotó.
"Pensemos en la primera comunidad cristiana que tuvo esta tentación: Simón, Anania y Saffira", dijo.
"Esta tentación existió desde el inicio y hemos conocido muchos católicos buenos, buenos cristianos, amigos, benefactores de la Iglesia, incluso con varias condecoraciones, muchos", refirió.
Sin embargo, resaltó, "después se descubrió que habían hecho negocios un poco turbios, eran verdaderos intrigantes e hicieron mucho dinero, se presentaban como benefactores de la Iglesia pero tomaban mucho dinero y no siempre dinero limpio".
Francisco concluyó la homilía pidiendo "al Señor la gracia del Espíritu Santo para ir detrás de él con rectitud de intenciones, sólo a él, sin vanidad, sin ganas de poder, sin ganas de dinero".
Recibe Francisco a los reclutas de la Guardia Suiza
El Papa Francisco se reunió hoy en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano con los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que mañana jurarán bandera, a los que recordó que están llamados a dar "un testimonio cristiano, pacífico y alegre".
"Es un día especial porque se conmemora el saqueo de Roma y el acto heroico de sus predecesores que, en 1527, dieron su vida por la defensa de la Iglesia y del Papa. Su dedicación es la confirmación de que su valor y su fidelidad han dado sus frutos", dijo el Pontífice.
Su discurtso fue publicado por la oficina de prensa del Vaticano y resaltó que el contexto social y eclesial ha cambiado mucho desde entonces y que la sociedad es diferente respecto a esos días.
Pero, dijo, "el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente -acriter et fideliter, como dice su lema- se ha mantenido igual".
"Servir en la Guardia Suiza Pontificia significa vivir una experiencia que prevé encontrarse con el tiempo y el espacio de una manera muy especial", agregó.
Señaló que con su peculiar servicio, los guardias suizos "están llamados a dar un testimonio cristiano, pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para visitar la Basílica de San Pedro.
Exhortó a los nuevos guardias a "ser fuertes en la fe y generosos en la caridad hacia las personas que encuentren".
Francisco recordó que el uniforme de la Guardia Suiza este año celebra su centenario. "Sus colores y su forma -ha explicado- son conocidos en todo el mundo: recuerdan la dedicación, la seriedad y la seguridad. Identifican un servicio único y un pasado glorioso".
Sin embargo, destacó que detrás de cada uniforme hay una persona real: con una familia y un país de origen, con una personalidad y una sensibilidad, con deseos y planes de vida.
"El uniforme es una característica llamativa de la Guardia Suiza y atrae la atención de la gente. Pero recuerden que no es el uniforme, sino quien lo lleva puesto el que llama la atención de los demás con su amabilidad, con el espíritu de hospitalidad, con la actitud de caridad hacia todos", dijo.
El Papa llamó a los guardias suizos a dar importancia a su vida comunitaria al compartir los momentos felices y los más difíciles, sin olvidar a los que tengan problemas y, a veces necesiten una sonrisa y un gesto de estímulo y amistad.
"Eviten una distancia negativa que los separe de sus compañeros y que, en la vida de todas las personas del mundo, puede generar desprecio, marginación o racismo", concluyó.
El Pontífice exhortó a los "trepadores" que quieran hacer "alpinismo" dentro de la Iglesia a buscar otro destino. El Papa se inspiró en el pasaje del Evangelio en que Jesús reprocha a quienes lo buscaban porque se habían saciado con la multiplicación del pan y del pescado.
"Jesús se refiere a tres comportamientos que no son buenos cuando se le sigue a él o se busca a Dios". El primero es la vanidad, que en particular se refiere a aquellos "notables" o "dirigentes" que hacen la limosna o ayunan para "hacerse ver".
Francisco también se refirió a los "trepadores" sociales que, dijo, abundan y tocan las puertas de la Iglesia. "Pero si te gusta ve al norte a hacer alpinismo y no vengas a la Iglesia a trepar".
Según el Pontífice, la tercera cosa que aleja de la rectitud de las intenciones es el dinero. "Aquellos que siguen a Jesús por dinero, con el dinero, buscan aprovecharse económicamente de la parroquia, de la diócesis, de la comunidad cristiana, del hospital, del colegio", anotó.
"Pensemos en la primera comunidad cristiana que tuvo esta tentación: Simón, Anania y Saffira", dijo.
"Esta tentación existió desde el inicio y hemos conocido muchos católicos buenos, buenos cristianos, amigos, benefactores de la Iglesia, incluso con varias condecoraciones, muchos", refirió.
Sin embargo, resaltó, "después se descubrió que habían hecho negocios un poco turbios, eran verdaderos intrigantes e hicieron mucho dinero, se presentaban como benefactores de la Iglesia pero tomaban mucho dinero y no siempre dinero limpio".
Recibe Francisco a los reclutas de la Guardia Suiza
El Papa Francisco se reunió hoy en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano con los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que mañana jurarán bandera, a los que recordó que están llamados a dar "un testimonio cristiano, pacífico y alegre".
"Es un día especial porque se conmemora el saqueo de Roma y el acto heroico de sus predecesores que, en 1527, dieron su vida por la defensa de la Iglesia y del Papa. Su dedicación es la confirmación de que su valor y su fidelidad han dado sus frutos", dijo el Pontífice.
Su discurtso fue publicado por la oficina de prensa del Vaticano y resaltó que el contexto social y eclesial ha cambiado mucho desde entonces y que la sociedad es diferente respecto a esos días.
Pero, dijo, "el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente -acriter et fideliter, como dice su lema- se ha mantenido igual".
"Servir en la Guardia Suiza Pontificia significa vivir una experiencia que prevé encontrarse con el tiempo y el espacio de una manera muy especial", agregó.
Señaló que con su peculiar servicio, los guardias suizos "están llamados a dar un testimonio cristiano, pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para visitar la Basílica de San Pedro.
Exhortó a los nuevos guardias a "ser fuertes en la fe y generosos en la caridad hacia las personas que encuentren".
Francisco recordó que el uniforme de la Guardia Suiza este año celebra su centenario. "Sus colores y su forma -ha explicado- son conocidos en todo el mundo: recuerdan la dedicación, la seriedad y la seguridad. Identifican un servicio único y un pasado glorioso".
Sin embargo, destacó que detrás de cada uniforme hay una persona real: con una familia y un país de origen, con una personalidad y una sensibilidad, con deseos y planes de vida.
"El uniforme es una característica llamativa de la Guardia Suiza y atrae la atención de la gente. Pero recuerden que no es el uniforme, sino quien lo lleva puesto el que llama la atención de los demás con su amabilidad, con el espíritu de hospitalidad, con la actitud de caridad hacia todos", dijo.
El Papa llamó a los guardias suizos a dar importancia a su vida comunitaria al compartir los momentos felices y los más difíciles, sin olvidar a los que tengan problemas y, a veces necesiten una sonrisa y un gesto de estímulo y amistad.
"Eviten una distancia negativa que los separe de sus compañeros y que, en la vida de todas las personas del mundo, puede generar desprecio, marginación o racismo", concluyó.
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