La Arquidiócesis Primada de México criticó que los gobiernos de Morelos que encabeza Graco Ramírez y el de Guerrero, Angel Aguirre, están en "una desbocada y demencial carrera por convertirse en los primeros estados asesinos del país", al querer legalizar el aborto. Con el aborto, dijo, pretenden crear "cortinas de humo" por la violencia que se vive en esas entidades.
Los gobiernos de Morelos y Guerrero no han logrado comprender que, al igual que en la ciudad de México, el aborto sólo generará más violencia al asesinar a niños inocentes, ya que son estados regidos por autoridades sordas y huecas de racionalidad.
Por lo que acusó a algunos integrantes de "la izquierda de andar con chapuzas y malabares contra la vida y la dignidad de sus gobernados".
Al gobierno de Guerrero lo acusó de "tender una cortina de humo" con su propuesta de legalizar el aborto y utilizarla para ocultar la realidad de "un estado castigado, hambriento, empobrecido y depredado por los responsables de la administración pública".
En el editorial del semanario "Desde la Fe", titulados "estados asesinos" reiteró sus críticas contra el gobierno capitalino y los de Morelos y Guerrero por la legalización del aborto.
En opinión de la Iglesia Católica capitalina, los cambios legislativos para legalizar el aborto "en nada cambiarán la realidad social del pueblo guerrerense".
El Estado de Morelos, gobernado por el perredista Graco Ramírez, entró al debate abonando a la desesperación de sus habitantes, quienes sufren el flagelo del secuestro, el miedo de la violencia y la zozobra de un Estado extraviado e incapaz de garantizar las condiciones indispensables para la vida, seguridad, justicia y bienestar.
En el Estado de Guerrero, por iniciativa de Angel Aguirre Rivero, presentó una legislación inaudita siguiendo los pasos de aquellas donde el Partido de la Revolución Democrática sacraliza la dictadura relativista y de la cultura de la muerte.
La iniciativa con proyecto de decreto que reforma diversas disposiciones del Código Penal del Estado de Guerrero y de la Ley Número 1212 de Salud del Estado, pretende ser una codificación equiparada con el más alto estándar de protección de los derechos humanos de las mujeres.
Pero, ¿qué se puede esperar de entidades donde las cifras de crímenes, extorsiones, robos, secuestros, levantones, violencia y corrupción van irremediablemente a la alza? Y se suma a todo lo anterior la absurda pretensión de legalizar el aborto en una desbocada y demencial carrera por convertirse en los primeros estados asesinos del país.
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