"Se deben poner en primer lugar los derechos humanos y se deben unir fuerzas para prevenir estas tragedias vergonzosas", declaró el Pontífice durante la audiencia general de hoy miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro.
En ese sentido, dijo que "la dignidad de la persona humana y los derechos a la salud, están primero que cualquier otro interés".
Durante la audiencia, el jefe de la Iglesia Católica pidió "una oración por los mineros que ayer murieron en la mina de Soma en Turquía y por quienes se encuentran todavía atrapados en las galerías".
"Que el señor reciba a los difuntos en su casa y otorgue consuelo a sus familiares", afirmó.
Al menos 205 personas murieron la víspera en la explosión en una unidad de distribución eléctrica en una mina de carbón en la localidad de Soma, ubicada a unos 200 kilómetros al sur de Estambul, Turquía, donde sigue la búsqueda de posibles sobrevivientes.
A los cristianos de lengua árabe y en particular a los peregrinos de Siria e Irak, el pontífice recordó que "la fortaleza asegura la firmeza ante las dificultades y en la constante búsqueda del bien.
"La fortaleza es la virtud de aquellos que ponen su confianza en Dios y no temen las tribulaciones, la persecución, el hambre, el peligro o la espada; de aquellos que derrotan la pereza con entusiasmo, el mal con el bien, el odio con el amor", concluyó.
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