CIUDAD DEL VATICANO, (Notimex).- El Presidente de Israel, Shimon Peres, invocó hoy una paz "entre iguales" para israelíes y palestinos en Medio Oriente, durante el histórico encuentro presidido por el Papa Francisco en el Vaticano.
Al tomar la palabra -ante las delegaciones de ambos países, de Francisco y del patriarca ecuménico ortodoxo de Constantinopla Bartolomé I, el Mandatario reconoció que la paz no se logra fácilmente y que es necesario empeñarse con todas las fuerzas para alcanzarla.
"Dos pueblos -los israelíes y los palestinos- desean aún ardientemente la paz. Las lágrimas de las madres y sus hijos están aún impresas en nuestros corazones. Nosotros debemos poner fin a los gritos, a la violencia, al conflicto. Todos nosotros tenemos necesidad de paz. Paz entre iguales", dijo.
"Nosotros todos somos iguales ante el señor. Nosotros somos todos parte de la familia humana. Por ello sin paz nosotros no estamos completos y debemos aún cumplir la misión de la Humanidad", agregó.
Recordó que el libro de los libros de los judíos, la Torá, les impone el camino de la paz y les pide empeñarse en su realización. Por eso clamó para que la pacificación pueda alcanzarse "pronto", aunque eso implique sacrificios o compromisos.
Sostuvo que la invocación durante el acto del Vaticano ha sido por la paz entre las religiones, las naciones, las comunidades, entre los hombres y las mujeres.
"Que la verdadera paz sea nuestra herencia, pronto y rápidamente. Esto significa que debemos perseguir la paz. Cada año. Cada día. Incluso cuando la paz parezca lejana, nosotros debemos perseguirla para hacerla más cercana", indicó.
Estableció que si todos persiguen la paz con perseverancia y con fe, la alcanzarán. Y ella durará gracias a los representantes de todos los credos y de todas las naciones.
"Nosotros podemos -juntos y ahora, israelíes y palestinos- transformar nuestra noble visión en una realidad de bienestar y prosperidad. Está en nuestro poder llevar la paz a nuestros hijos. Este es nuestro deber, la misión santa de los padres", apuntó.
Al tomar la palabra -ante las delegaciones de ambos países, de Francisco y del patriarca ecuménico ortodoxo de Constantinopla Bartolomé I, el Mandatario reconoció que la paz no se logra fácilmente y que es necesario empeñarse con todas las fuerzas para alcanzarla.
"Dos pueblos -los israelíes y los palestinos- desean aún ardientemente la paz. Las lágrimas de las madres y sus hijos están aún impresas en nuestros corazones. Nosotros debemos poner fin a los gritos, a la violencia, al conflicto. Todos nosotros tenemos necesidad de paz. Paz entre iguales", dijo.
"Nosotros todos somos iguales ante el señor. Nosotros somos todos parte de la familia humana. Por ello sin paz nosotros no estamos completos y debemos aún cumplir la misión de la Humanidad", agregó.
Recordó que el libro de los libros de los judíos, la Torá, les impone el camino de la paz y les pide empeñarse en su realización. Por eso clamó para que la pacificación pueda alcanzarse "pronto", aunque eso implique sacrificios o compromisos.
Sostuvo que la invocación durante el acto del Vaticano ha sido por la paz entre las religiones, las naciones, las comunidades, entre los hombres y las mujeres.
Estableció que si todos persiguen la paz con perseverancia y con fe, la alcanzarán. Y ella durará gracias a los representantes de todos los credos y de todas las naciones.
"Nosotros podemos -juntos y ahora, israelíes y palestinos- transformar nuestra noble visión en una realidad de bienestar y prosperidad. Está en nuestro poder llevar la paz a nuestros hijos. Este es nuestro deber, la misión santa de los padres", apuntó.
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