HRABOVE, Ucrania, (OEM-AP).- Rebeldes ucranianos armados obligaron a los trabajadores de emergencias a entregar los 196 cuerpos recuperados del lugar donde cayó el avión de Malaysia Airlines y los cargaron en vagones de tren refrigerados para su transporte hasta una ciudad rebelde, según dijeron hoy domingo observadores internacionales y autoridades ucranianas.
La inesperada y rápida sucesión de acontecimientos de este día se produjo después de una oleada de indignación internacional por el tratamiento de los cuerpos de las víctimas del siniestro, así como por los temores a que los rebeldes armados estuvieran interfiriendo con las pruebas en el lugar donde cayó el avión.
El gobierno ucraniano y los separatistas se acusan entre sí de haber disparado el pasado jueves un misil tierra-aire al Vuelo 17 de Malaysian Airlines, que volaba a unos 33,000 pies (11,000 metros) sobre la zona de combates del este de Ucrania en su ruta de Amsterdam a Kuala Lumpur.
Ambos bandos niegan ser responsables. Todos los que iban en el avión -283 pasajeros y 15 tripulantes- murieron.
Ucrania dice que Rusia ha proporcionado armamento sofisticado a los rebeldes, cosa que Moscú niega; el avión cayó cerca de la frontera con Rusia.
Los rebeldes han limitado mucho los movimientos de los periodistas y observadores internacionales en el lugar, y el Ministerio ucraniano de Emergencias dijo que sus trabajadores laboraban bajo coacción y se habían visto obligados a entregar los cadáveres a los rebeldes armados.
Periodistas de la Associated Press vieron ayer sábado cuerpos en descomposición cociéndose al calor del verano austral, amontonados en bolsas para cadáveres a un lado de la carretera o aun tirados donde habían caído, repartidos por las tierras de labranza del este de Ucrania después que su avión fuera derribado el pasado jueves.
Para hoy domingo por la mañana, los periodistas de la AP no vieron cuerpos en el lugar, y los trabajadores de emergencias seguían laborando, pero sólo buscando partes de cadáveres; no había separatistas armados a la vista.
No estaba claro en un primer momento si los rebeldes y el gobierno ucraniano estaban trabajando juntos o si estaban librando una disputa sobre los cuerpos, y a juzgar por sus declaraciones, muchos miembros del gobierno tampoco parecían saberlo.
El gobierno ucraniano y los separatistas se acusan entre sí de haber disparado el pasado jueves un misil tierra-aire al Vuelo 17 de Malaysian Airlines, que volaba a unos 33,000 pies (11,000 metros) sobre la zona de combates del este de Ucrania en su ruta de Amsterdam a Kuala Lumpur.
Ambos bandos niegan ser responsables. Todos los que iban en el avión -283 pasajeros y 15 tripulantes- murieron.
Ucrania dice que Rusia ha proporcionado armamento sofisticado a los rebeldes, cosa que Moscú niega; el avión cayó cerca de la frontera con Rusia.
Los rebeldes han limitado mucho los movimientos de los periodistas y observadores internacionales en el lugar, y el Ministerio ucraniano de Emergencias dijo que sus trabajadores laboraban bajo coacción y se habían visto obligados a entregar los cadáveres a los rebeldes armados.
Periodistas de la Associated Press vieron ayer sábado cuerpos en descomposición cociéndose al calor del verano austral, amontonados en bolsas para cadáveres a un lado de la carretera o aun tirados donde habían caído, repartidos por las tierras de labranza del este de Ucrania después que su avión fuera derribado el pasado jueves.
Para hoy domingo por la mañana, los periodistas de la AP no vieron cuerpos en el lugar, y los trabajadores de emergencias seguían laborando, pero sólo buscando partes de cadáveres; no había separatistas armados a la vista.
No estaba claro en un primer momento si los rebeldes y el gobierno ucraniano estaban trabajando juntos o si estaban librando una disputa sobre los cuerpos, y a juzgar por sus declaraciones, muchos miembros del gobierno tampoco parecían saberlo.
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