Raúl Macías, Enviado; texto y foto
CORDOBA, Ver.- "La Bestia" es "La Bestia"; sumidos por alcanzar tierra americana, viajan a lomo de un tren, a lomo del sueño, a lomo del deseo de llegar; muchasveces algunos han quedado mutilados y otros han muerto, el sueño se rompió, ya se fue. Con llanto y dolor son regresados a su país, a su realidad, a lo que pudo y no fue, en el recuerdo quedan las víctimas del fierro, toneladas que les dejaron una huella eterna, una incapacidad, y una triste partida al más allá.
Pero en su camino no están solos. En las vías esperándolos se encuentra, desde el 4 de febrero de 1995, un grupo de buenas samaritanas conocidas como Las Patronas. Son 14 mujeres de diferentes edades, pero con un mismo propósito: el poder ayudar a los migrantes, a quienes a su paso montados en "La Bestia" les piden algo de comer, y ellas, humildes le avientan bolsas con alimento para que sus penas sean menores.
Norma Romero fue quien en 1995 inició esa aventura, el dar al hermano indocumentado, como se les llamaba antes, un poco de ayuda. Eso contó a LA PRENSA su hermana Bernarda, "Mi hermana, mamá y yo nos poníamos en las vías en espera del tren". Pero estas personas dentro de su comunidad La Patrona, no son de dinero. Es más, agarraban del dinero que su padre, un hombre campesino, les dejaba para que ellas comieran.
Pero en su camino no están solos. En las vías esperándolos se encuentra, desde el 4 de febrero de 1995, un grupo de buenas samaritanas conocidas como Las Patronas. Son 14 mujeres de diferentes edades, pero con un mismo propósito: el poder ayudar a los migrantes, a quienes a su paso montados en "La Bestia" les piden algo de comer, y ellas, humildes le avientan bolsas con alimento para que sus penas sean menores.
Norma Romero fue quien en 1995 inició esa aventura, el dar al hermano indocumentado, como se les llamaba antes, un poco de ayuda. Eso contó a LA PRENSA su hermana Bernarda, "Mi hermana, mamá y yo nos poníamos en las vías en espera del tren". Pero estas personas dentro de su comunidad La Patrona, no son de dinero. Es más, agarraban del dinero que su padre, un hombre campesino, les dejaba para que ellas comieran.
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