Patricia Carrasco
Los más de 100 obispos de México agradecieron al Papa Francisco su preocupación y solidaridad con México por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ante la "dramática realidad" y "la criminalidad" que existe tras el tráfico de drogas.
La jerarquía católica resaltó que el Sumo Pontífice ha externado su cercanía a todos los mexicanos por los "momentos dolorosos" que están viviendo.
Por lo que adelantaron que la Conferencia del Episcopado Mexicano unidos al Papa Francisco, "celebraremos el próximo 12 de diciembre la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, haciendo una jornada de oración por la paz.
"Le pediremos su intercesión por la conversión de todos los mexicanos, particularmente la de quienes provocan sufrimiento y muerte".
En conferencia de prensa, los obispos del país expresaron su repudio a la violencia que experimenta México y señalaron que "no queremos más sangre, no queremos más muertes, no queremos más desaparecidos, no queremos más dolor ni más vergüenza".
Que nadie esté como buitre esperando los despojos del país para quedar satisfecho. La vía pacífica, que privilegia el diálogo y los acuerdos transparentes, sin intereses ocultos, es la que asegura la participación de todos para edificar un país para todos, resaltaron.
En su opinión, se ha desatado una verdadera crisis nacional y señalaron que en la reunión con el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, pedirá que "nos hable con la verdad en cuanto a la desaparición de los 43 normalistas hace más de 40 días en Iguala, Guerrero.
En el marco de la XCVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de dicho organismo eclesial; Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Acapulco, y Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM, manifestaron su tristeza porque la situación del país ha empeorado.
Los prelados externaron que comparten como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o están desaparecidos en Iguala, en Tlatlaya y que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestros país.
"Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que jamás hechos como éstos vuelvan a repetirse".
En medio de esta crisis vemos con esperanza el despertar de la sociedad civil que, como nunca antes en los últimos años, se ha manifestado contra la corrupción, la impunidad y la complicidad de algunas autoridades. Creemos que es necesario pasar de las protestas a las propuestas.
Es indispensable la participación de la ciudadanía para el bien común. Sin el acompañamiento y la vigilancia por parte de la sociedad civil, el poder se queda en manos de pocos, señalaron los purpurados mexicanos
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