Enrique Hernández, texto y foto
Pese a todo, Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron con los regalos de los niños, aunque en algunos casos tuvieron que recurrir al préstamo entre vecinos e incluso llevaron a empeñar algunos regalos que recibieron en las fiestas decembrinas.
Las calles del Centro Histórico, así como los centros comerciales, estuvieron concurridos por los personajes del caballo, el elefante y el camello, quienes también tuvieron que dar el famoso tarjetazo con la intención de que la cartita que depositaron los niños en sus zapatos pudieran surtirse en su totalidad.
Los angustiados Reyes Magos dijeron que hicieron hasta lo imposible por que los consentidos de la casa tuvieran lo necesario para que este 6 de enero despertaran felices con sus regalos.
Varios entrevistados dijeron que a pesar del gasto, bien vale la pena endeudarse, "si se va a hacer felices a los ángeles de la casa y se les observa jugando con sus juguetes como cuando uno era niño".
Otros comentaron que el gasto representó un duro golpe a sus bolsillos, por lo que prevén una cuesta de enero peor que en otros años, por lo que tendrán que amarrarse el cinturón en algunos aspectos.
A altas horas de la noche y del amanecer de este 6 de enero, los Reyes Magos continuaban en busca de los mejores precios, recorriendo grandes distancias a pie.
El Eje 1 Norte se vio rebasado, cuando comerciantes cerraron toda esa vialidad y convertirse en un río humano de desesperados Reyes Magos que buscaban a toda costa llenar el costal de regalos para hacer entrega a los pequeñines que seguramente, este día, juegan con alguna bicicleta, triciclo, patineta, muñeco o tableta, entre otros
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