Patricia Carrasco
En los últimos días de diciembre al 7 de enero, la canasta alimentaria recomendable aumentó 15 pesos, al pasar de 194 pesos a 213 pesos. Por lo que ahora, una familia mexicana tiene que trabajar 23 horas con 43 minutos para poder adquirirla. Además, la pérdida del poder adquisitivo llegó al 78.9 por ciento.
Si una familia quisiera adquirir una canasta básica constitucional tendrían que trabajar cerca de 47 horas. Eso implicaría que todos los miembros tengan que trabajar para comprar los alimentos básicos.
Es decir, los productos de la canasta básica se han vuelto inalcanzables para el sector obrero, y quien gana un salario mínimo de 70.10 pesos, quizá le alcanzará para adquirir 1 kilo de tortillas, 1 atún, 1 jitomate y 1 cebolla, dejando fuera gastos de transporte, educación, vivienda, ropa, zapatos y servicios.
En poco más de dos años del actual gobierno, la canasta alimenticia recomendable ha tenido un incremento del 10.5 por ciento, lo que representa un aumento del 24 por ciento.
Lo anterior significa que la canasta se ha incrementado 16 por ciento, por encima de los incrementos salariales otorgados.
En una entrevista con LA PRENSA, el profesor David Lozano, integrante del Centro de Análisis Disciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, informó que con los aumentos que se han registrado, la canasta constitucional cuesta 1,240 pesos. Por lo que si un mexicano quisiera comprarla debería tener esa cantidad diariamente.
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