KATMANDU, Nepal, (OEM-Reuters).- El guía turístico nepalí Naba Raj Amgai acababa de volver de un viaje en bicicleta cuando su casa en la capital Katmandú comenzó a sacudirse, arrojando al suelo una heladera y un televisor.
El y su mujer corrieron hacia las escaleras. Afuera, todos sus vecinos estaban saliendo a las calles, gritando y llorando.
"Fue horrible", dijo Amgai, quien seguía parado en la calle varias horas después. "Aún no he vuelto a entrar", agregó.
El terremoto de magnitud 7.8, el mayor en Nepal en 81 años, sacudió el oeste de Katmandú antes del mediodía de ayer. Funcionarios dijeron que dejó al menos 1,800 muertos en la nación de los Himalayas y decenas en los países vecinos.
El sismo también se sintió en Bangladesh, en el norte de India y en el Tíbet chino, haciendo colapsar edificios antiguos, complejos modernos y casas modestas de algunos pueblos.
Testigos describieron escenas de pánico y confusión en la capital nepalí cuando el piso comenzó a sacudirse, lo que llevó a las personas a salir de sus casas hacia las calles, que estaban cubiertas de denso polvo.
"El piso estaba temblando. Pensé que iba a hundirme dentro", dijo Hari Adhikari, un vendedor de verduras de 60 años.
En Patan, un vecindario densamente poblado, un periodista de Reuters escuchó gritar a sus vecinos ante el primer temblor.
"Estaba comiendo cerca del centro de la ciudad en Katmandú cuando de pronto las mesas comenzaron a temblar y los cuadros de la pared cayeron al suelo", contó a Reuters una turista india en Katmandú. "Grité y salí corriendo afuera", agregó.
A lo largo de la región, muchas personas resultaron heridas en la lucha por salir de edificios que se sacudían y llegar a un lugar más seguro.
En el estado indio de Bengala Occidental, decenas de niños quedaron atrapados en estampidas al salir de dos diferentes colegios, según un funcionario del distrito Malda, quien agregó que muchos registraron heridas menores.
En Bangladesh los edificios de la zona vieja de la capital Dacca se rajaron por el impacto y varios trabajadores de una fábrica de ropa resultaron heridos cuando intentaban escapar.
Mientras, las réplicas continuaban sacudiendo Katmandú, los habitantes permanecían en las calles.
Las líneas telefónicas estaban colapsadas. "Hemos estado inundados de llamadas telefónicas de todo el mundo", dijo Mohan Krishna Sapkota, secretario adjunto en el Ministerio de Turismo de Nepal, a Reuters.
"Nos estamos enfrentando a una crisis tremenda aquí y es incluso difícil evaluar cuál puede ser la cifra de muertos y la extensión del daño", agregó.
En el principal hospital de Katmandú, personas con piernas y brazos rotos estaban siendo tratados de urgencia. Una multitud de voluntarios formó cadenas humanas para despejar el camino a las ambulancias para que puedan trasladar a los heridos.
En distintos puntos de la ciudad, rescatistas buscaban entre los escombros de edificios destruidos, entre ellos templos de madera hindúes.
"Puedo ver tres cuerpos de monjes atrapados entre los escombros de un edificio colapsado cerca de un monasterio", dijo Pant, la turista. "Estamos tratando de retirar los cuerpos y buscar a los que estén atrapados", agregó
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