NORTH CHARLESTON, Carolina del Sur, (OEM-AP).- Menos de dos meses antes de ser asesinado, Walter Lamer Scott cumplió 50 años y quería que todos se unieran a los festejos.
Era febrero y la familia de Scott lo había llevado a cenar a un restaurante japonés. Mientras los meseros y el personal lo rodeaban para cantarle "feliz cumpleaños", Scott se subió a la mesa y comenzó a bailar.
"Todos reían en el restaurante", comentó Rodney Scott sobre su hermano mayor. "Así era él".
Walter Scott tenía muchos motivos para celebrar: su trabajo como operador de grúa en un almacén, que había comenzado como algo temporal por la época navideña, iba tan bien que su jefe quería contratarlo de forma permanente. Y le había pedido matrimonio a su novia, quien había accedido a convertirse en su tercera esposa.
Pero Scott también tenía un problema que lo tenía preocupado constantemente: el padre de cuatro hijos se había retrasado, nuevamente, en sus pagos de manutención. El no realizar dichos pagos puede significar ir a prisión en Carolina del Sur, y Scott ya había sido encarcelado en tres ocasiones desde 2008.
Su familia sospecha que fue ese temor de regresar a la cárcel lo que provocó que Scott intentara darse a la fuga el pasado sábado durante una detención de tránsito.
"Tenía problemas para mantenerse al corriente en los pagos, eso era todo, y sabía que iría a prisión", relató Rodney Scott. "Su misión era evitar a la policía lo más posible"
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