Polis levantan a chavo en Tepito y lo botan en Tlatelolco

Raúl Ma­cías, Fo­to: Luis A. Ba­rre­ra

Mar­ca­do con gol­pes rea­li­za­dos por "pro­fe­sio­na­les", hue­llas de ahor­ca­mien­to en el cue­llo y de es­po­sas en las mu­ñe­cas, fue en­con­tra­do en Tla­te­lol­co un jo­ven de 20 años de edad, quien re­fi­rió a LA PREN­SA, que la no­che del pa­sa­do jue­ves fue "le­van­ta­do" por unos po­li­cías cuan­do ca­mi­na­ba por ca­lles del po­pu­lo­so ba­rrio bra­vo de Te­pi­to, pe­ro al pa­re­cer tras co­brar el res­ca­te, lo sol­ta­ron en Re­for­ma.

Ayer al fi­lo de las 15:00 ho­ras, ve­ci­nos de la Uni­dad Ha­bi­ta­cio­nal Tla­te­lol­co, aler­ta­ron a las au­to­ri­da­des po­li­cia­cas, so­bre un jo­ven que fue ba­ja­do con vio­len­cia de un ve­hí­cu­lo par­ti­cu­lar, lle­gan­do de in­me­dia­to una am­bu­lan­cia de la Cruz Ro­ja; al ba­jar los pa­ra­mé­di­cos, en el sue­lo ob­ser­va­ron a un mu­cha­cho que se que­ja­ba de di­ver­sos gol­pes en el cuer­po.

Los so­co­rris­tas re­vi­sa­ron a quien di­jo res­pon­der al nom­bre de Juan Erick Her­nán­dez Mar­tí­nez, de 20 años de edad, en­con­trán­do­le mar­ca­das las mu­ñe­cas, por lo que al pre­gun­tar­le, les co­men­tó que fue "le­van­ta­do" por unos pre­sun­tos po­li­cías, pe­ro no pre­ci­só si se en­con­tra­ban uni­for­ma­dos o qué ti­po de iden­ti­fi­ca­ción le mos­tra­ron pa­ra que ase­gu­ra­ra que eran po­lis.

Sin im­por­tar es­to y co­mo era ne­ce­sa­rio co­no­cer el gra­do de las le­sio­nes que pre­sen­ta­ba, los pa­ra­mé­di­cos le co­lo­ca­ron un co­lla­rín y lo su­bie­ron a bor­do de la am­bu­lan­cia de la Cruz Ro­ja, pa­ra ser lle­va­do a un hos­pi­tal cer­ca­no, en don­de se pre­sen­tó el agen­te del mi­nis­te­rio pú­bli­co pa­ra to­mar­le su de­cla­ra­ción, y de es­te mo­do co­no­cer los por­me­no­res de su "le­van­tón".

Has­ta el cie­rre de es­ta edi­ción, se des­co­no­cía si las au­to­ri­da­des de la Pro­cu­ra­du­ría Ge­ne­ral de Jus­ti­cia del DF co­rro­bo­ra­ron la ver­sión del mu­cha­cho, y co­no­cer si fue ver­dad, o fue víc­ti­ma so­la­men­te de al­gu­nos se­cues­tra­do­res ex­prés, o si en ver­dad fue­ron efec­ti­vos de una cor­po­ra­ción po­li­cia­ca
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