PARIS, Francia, (Notimex).- El consumo per cápita de alcohol en México se ubica por debajo del promedio de los principales países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), señaló un reporte del propio organismo.
En 2012 se consumió en México en promedio 5.7 litros puros de alcohol per cápita, mientras en el resto de países de la OCDE el promedio es de 9.1 litros.
El reporte "Luchar contra el consumo nocivo de alcohol: Políticas económicas y de salud pública", es el primero en su tipo, y también compara las legislaciones de los 34 estados miembros de la OCDE contra el consumo de bebidas alcohólicas.
"En comparación con otros países de la OCDE, México ha adoptado un amplio reglamento legalmente coercitivo con respecto a la promoción de bebidas embriagantes", afirma el trabajo.
El reporte, presentado hoy martes en la sede de la OCDE en París por su secretario general José Angel Gurría, pone como ejemplo de buenas prácticas los reglamentos de propagandas y las promociones de venta de alcohol que rigen en México.
También destaca como política favorable a la caída del consumo nocivo de alcohol "las restricciones de horarios y ubicación y la ventas a personas intoxicadas", establecidos en México.
"Sin embargo, México es uno de los pocos países donde el límite de concentración de alcohol en sangre (BAC) para la población general se determina a nivel subnacional", advirtió la OCDE.
"En una significativa cantidad de estados, se ha establecido un límite BAC de 0.08 por ciento, superior al de muchos otros países de la OCDE" resaltó el reporte y recordó que en la mayoría de los países del organismo el límite es de 0.05 por ciento.
Los autores del reporte también señalaron como una política "ausente en México" para deprimir el consumo de alcohol, la aplicación de restricciones de venta de bebidas embriagantes en gasolinerías.
El estudio midió las principales tendencias del consumo de alcohol en el mundo y destacó que, a nivel global, es una de las principales causas de muertes y de incapacidad en el mundo.
"Además de las consecuencias sanitarias y sociales que sufren los individuos, la sociedad, en un amplio sentido, paga un pesado tributo con los accidentes de carretera, la violencia, el mantenimiento del orden, los cuidados de salud y la pérdida de productividad", indicó.
El informe también examinó el impacto sobre la salud y la economía de las políticas fiscales, reglamentarias, educativas, y de cuidado de la salud, que buscan reducir el consumo peligroso de alcohol
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