WASHINGTON, D.C. (Notimex).- A un día de alcanzar la fama, tras lograr acercarse al Papa Francisco, Sophie Cruz acaparó la atención de la clase política y de los círculos diplomáticos, donde hoy fue recibida como el nuevo rostro de la lucha por una reforma migratoria.
Poco antes de volver a su natal California la tarde de hoy jueves, la pequeña de cinco años ocupó sus últimas horas en esta capital en una intensa jornada que la llevó primero al Capitolio -donde Francisco pronunció un histórico discurso- a las oficinas de dos legisladores y a una embajada.
La pequeña saltó a la fama ayer cuando pudo acercarse al Pontífice para entregarle una carta abogando a favor de sus padres, originarios del sureño estado mexicano de Oaxaca y quienes se encuentran en Estados Unidos sin documentos migratorios.
En cuestión de horas, la imagen de la pequeña vistiendo un traje típico de la región chinanteca de Oaxaca y llevada en vilo hacia el "papamóvil" por un agente del Servicio Secreto, fue reproducida de manera incesante por algunas de las principales televisoras del país.
Sophie había sido detenida por el agente cuando marchaba con paso seguro hacia el vehículo que transportaba al Papa, pero cuando el Jefe de la Iglesia Católica se percató de su presencia, ordenó que fuera traída a su presencia.
Después de esa imagen, nada fue igual para la pequeña estudiante de primer año de kinder, quien además de inglés y español habla la lengua chinanteca de su madre.
"Yo le he querido enseñar algunas palabras en mixteco, pero como no paso mucho tiempo con ella por el trabajo, ha aprendido más de su mamá", dijo Raúl Cruz, el padre de 39 años que labora en una fábrica de galvanizado de metales en Los Ángeles.
Hoy jueves, la pequeña, su padre y activistas en favor de la reforma migratoria, fueron recibidos por el congresista demócrata Tony Cárdenas en su oficina, después que el grupo siguió desde las afueras del Capitolio el discurso de Francisco.
"El hecho de que el Papa haya pedido que le acercaran a Sophie es porque él no percibió ningún tipo de amenaza, y los inmigrantes no son ninguna amenaza para este país, al contrario, contribuyen a su bienestar, y la gente lo debería entender de esa manera", declaró Cárdenas, cuyo abuelo y padres emigraron de México y trabajaron como jornaleros en el campo.
Como si se tratara de una estrella, Cárdenas le rogó a Sophie que le firmara el programa sobre la sesión conjunta donde habló el Papa, a lo que finalmente la pequeña accedió, tras superar la intimidación que le provocaron las cámaras y los reflectores de los medios congregados en la oficina del legislador.
Poco después, Sophie y el grupo que la acompañaba fueron recibidos por el embajador de México en Washington, Miguel Basáñez, quien calificó como emotivo el encuentro entre la pequeña y el Líder de la Iglesia Católica.
Con voz tenue, Sophie alcanzó apenas a contestar de manera afirmativa cada vez que Basáñez le preguntó sobre esa experiencia, pero pronta, con voz firme, respondió a uno de los presentes cuando le pidió que hablara en su lengua indígena.
"¿En chinanteco?", preguntó, y cuando la respuesta fue afirmativa, recitó de memoria el discurso que su madre le enseñó abogando por la reforma migratoria.
"Es muy emotivo que una niña como Sophie haya tenido la oportunidad de acercarse a una gente tan noble como el Papa y le haya transmitido esta preocupación y que los medios nos ayuden a que este mensaje llegue a muchas gentes y que pueda ser muy útil para el país", dijo Basáñez.
El diplomático resaltó el compromiso del gobierno mexicano a través de su red consular en la protección y promoción de los derechos de los mexicanos y sus familias, sin importar su condición migratoria.
Estimó que niñas como Sophie representan el valor y la tenacidad de la comunidad migrante que reside en Estados Unidos, donde actualmente viven 5.3 millones de niños que son hijos de padres indocumentados, 85 por ciento de los cuales nacieron en Estados Unidos.
Poco antes de volver a su natal California la tarde de hoy jueves, la pequeña de cinco años ocupó sus últimas horas en esta capital en una intensa jornada que la llevó primero al Capitolio -donde Francisco pronunció un histórico discurso- a las oficinas de dos legisladores y a una embajada.
La pequeña saltó a la fama ayer cuando pudo acercarse al Pontífice para entregarle una carta abogando a favor de sus padres, originarios del sureño estado mexicano de Oaxaca y quienes se encuentran en Estados Unidos sin documentos migratorios.
En cuestión de horas, la imagen de la pequeña vistiendo un traje típico de la región chinanteca de Oaxaca y llevada en vilo hacia el "papamóvil" por un agente del Servicio Secreto, fue reproducida de manera incesante por algunas de las principales televisoras del país.
Sophie había sido detenida por el agente cuando marchaba con paso seguro hacia el vehículo que transportaba al Papa, pero cuando el Jefe de la Iglesia Católica se percató de su presencia, ordenó que fuera traída a su presencia.
Después de esa imagen, nada fue igual para la pequeña estudiante de primer año de kinder, quien además de inglés y español habla la lengua chinanteca de su madre.
"Yo le he querido enseñar algunas palabras en mixteco, pero como no paso mucho tiempo con ella por el trabajo, ha aprendido más de su mamá", dijo Raúl Cruz, el padre de 39 años que labora en una fábrica de galvanizado de metales en Los Ángeles.
Hoy jueves, la pequeña, su padre y activistas en favor de la reforma migratoria, fueron recibidos por el congresista demócrata Tony Cárdenas en su oficina, después que el grupo siguió desde las afueras del Capitolio el discurso de Francisco.
"El hecho de que el Papa haya pedido que le acercaran a Sophie es porque él no percibió ningún tipo de amenaza, y los inmigrantes no son ninguna amenaza para este país, al contrario, contribuyen a su bienestar, y la gente lo debería entender de esa manera", declaró Cárdenas, cuyo abuelo y padres emigraron de México y trabajaron como jornaleros en el campo.
Como si se tratara de una estrella, Cárdenas le rogó a Sophie que le firmara el programa sobre la sesión conjunta donde habló el Papa, a lo que finalmente la pequeña accedió, tras superar la intimidación que le provocaron las cámaras y los reflectores de los medios congregados en la oficina del legislador.
Poco después, Sophie y el grupo que la acompañaba fueron recibidos por el embajador de México en Washington, Miguel Basáñez, quien calificó como emotivo el encuentro entre la pequeña y el Líder de la Iglesia Católica.
Con voz tenue, Sophie alcanzó apenas a contestar de manera afirmativa cada vez que Basáñez le preguntó sobre esa experiencia, pero pronta, con voz firme, respondió a uno de los presentes cuando le pidió que hablara en su lengua indígena.
"¿En chinanteco?", preguntó, y cuando la respuesta fue afirmativa, recitó de memoria el discurso que su madre le enseñó abogando por la reforma migratoria.
"Es muy emotivo que una niña como Sophie haya tenido la oportunidad de acercarse a una gente tan noble como el Papa y le haya transmitido esta preocupación y que los medios nos ayuden a que este mensaje llegue a muchas gentes y que pueda ser muy útil para el país", dijo Basáñez.
El diplomático resaltó el compromiso del gobierno mexicano a través de su red consular en la protección y promoción de los derechos de los mexicanos y sus familias, sin importar su condición migratoria.
Estimó que niñas como Sophie representan el valor y la tenacidad de la comunidad migrante que reside en Estados Unidos, donde actualmente viven 5.3 millones de niños que son hijos de padres indocumentados, 85 por ciento de los cuales nacieron en Estados Unidos.
Enviado desde mi iPhone
Publicar un comentario