*El legislativo no más tapadera de actos de corrupción y obstáculo de transparencia.
Una Banca social para la ciudad de México, que apoye con financiamiento al ciudadano, que no es susceptible de créditos; un sistema proporcional, que evite gastos onerosos en campañas y compra de votos, con un Congreso Constituyente, que de verdadera transición democrática, sin que por la ansiedad de conseguir sufragio, se postule a quienes cancelan la credibilidad y seriedad en la política, promoverá el partido Humanista en la VII legislatura de la capital del país.
Luciano Jimeno Huanosta, prosecretario de la Mesa Directiva de dicha legislatura, precisó que se propondrá crear un Parlamento Metropolitano, electo e integrado por especialistas, que no sea la arena de disputa política y económica, sino un verdadero gobierno metropolitano que sirva a sus habitantes.
Porque sentenció: "Sólo en la medida que se ponga en primer plano a la ciudad y su población, estaremos en posibilidades reales de cogobernar y mancomunar esfuerzos". Lo anterior durante el tercer informe de gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe del gobierno de la ciudad de México, ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El diputado local, precisó, que los ciudadanos reclaman estadistas y un verdadero sistema parlamentario, que no sólo piense en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones; por lo mismo, subrayó, necesitamos recuperar la credibilidad y la confianza.
Jimeno Huanosta, reconoció que hay avances, con leyes que nos colocan a la vanguardia del resto del país; sin embargo, precisó, tenemos instituciones y un andamiaje jurídico del siglo pasado, con tentaciones autoritarias y mesiánicas que todo resuelve con decretos y cancelación de libertades y derechos.
Hay un énfasis en la sanción por encima de la educación, lo cual, genera un vicio de simulación/corrupción, y tenemos que ser congruentes y auténticos, entre lo que se dice y lo que se hace.
Reconoció que después de años de alternancia política, el legislativo local está prácticamente inmerso en la coyuntura, y en muchos casos, convertido en tapadera de actos de corrupción y obstáculo para que los servidores públicos y jefes delegacionales rindan cuentas claras ante la ciudadanía.
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