Patricia Carrasco
En la víspera de que los niños celebren el
La inercia de la maldad se vuel
Ante los fieles, el canónigo teólogo de la Catedral, en sustitución del cardenal Norberto Ri
"La narración evangélica describe la dramática confrontación que el príncipe de la paz trae al mundo, hay muchos intereses
También se oró por los gobernantes del mundo para que aprendan de los Reyes Magos de Oriente, que lo principal es amar y buscar a Dios.
En el primer domingo de enero, se tocó el tema de la fiesta de la Epifanía, donde el prelado resaltó que la piedad cristiana ha sabido colorear la llegada de los Reyes Magos, a Jerusalén, como la llegada de visitantes que llegan de lejos. En estos misteriosos personajes se pone de manifiesto el alcance universal de la obra que el niño Dios habrá de alcanzar.
"Nadie por distante que parezca es ajeno a la fiesta de la fe", indicó.
López Amozurrutia manifestó que la fiesta de la Epifanía del Señor nos presenta el texto de la visita de los Magos de Oriente al niño Jesús, en Belén, por tanto, una primera referencia de esta fiesta es la manifestación (en griego se dice "epifanía") de Jesús hombre e Hijo de Dios, a los paganos.
Dentro del contexto del evangelio de San Mateo, que es el único que nos narra el hecho, es claro que la misión primordial del Señor fue "ir por las ovejas descarriadas de la casa de Jacob"; es decir, que Jesús dedicó su ministerio por completo a la conversión de los judíos, pero las consecuencias de la muerte y resurrección del Señor son para todas las naciones.
Así lo confirma el hecho de que Jesús resucitado pidiera a los discípulos ir a su encuentro en Galilea, región norte de Palestina típicamente habitada por paganos.
El primer sentido de la Epifanía en nuestra comunidad católica es que Jesús ha venido en beneficio de todas las naciones, y en la persona de los Magos venidos de Oriente estamos representados todos aquellos que hemos llegado a reconocer a Jesús como Nuestro Señor, pero no descendemos de la nación judía. Ahora bien, la historia de la celebración de la Epifanía dentro de la Iglesia es mucho más compleja de lo que parece. Hasta nuestros días el domingo posterior a la fiesta de la Epifanía se celebra la fiesta del Bautismo de Jesús.
Por mucho tiempo ambas fiestas estuvieron unidas en el 6 de enero. En realidad en cuanto a su contenido son complementarias puesto que Jesús, al ser bautizado, se manifestó como el Hijo de Dios, así lo dicen todos los relatos del bautismo del Señor: "entonces se oyó una voz del cielo que dijo: 'éste es mi Hijo Amado'", por este motivo también en algunas comunidades del Oriente cristiano a esta festividad también se le llamaba la fiesta de la "Teofanía" (manifestación de Dios).
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