* En su mensaje, el Santo Padre destacó que la "cultura del descarte" se encuentra también inmersa y operando dentro del mundo de las relaciones laborales.
El Papa Francisco asistió este miércoles al Colegio de Bachilleres de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde ante representes del mundo del trabajo advirtió que "Dios pedirá cuentas a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más".
Ante miles de empresarios y obreros de la frontera, el Santo Padre advirtió que "cada sector tiene la obligación de velar por el bien de todos; todos estamos en el mismo barco. Todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía".
Dijo que el sistema económico actual "pone el flujo de las personas al servicio del flujo de capitales", provocando, en muchos casos, "la explotación de los empleados como si estos fueran objetos a usar y tirar".
En su mensaje, el Papa destacó que la cultura del descarte se encuentra también inmersa y operando dentro del mundo de las relaciones laborales, y que son los jóvenes los que especialmente están padeciendo esta doctrina.
"Uno de los flagelos más grandes a los que se ven expuestos sus jóvenes es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo sostenible y redituable, que les permita proyectarse, generando en muchos casos situaciones de pobreza. Y esta pobreza es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia".
Por tal motivo, llamó a las cúpulas empresariales "a perder un poquito para que todos puedan ganar", e invitó a que los dueños de las industrias dialoguen con sus empleados para alcanzar condiciones que generen riqueza y prosperidad económica, pero sin lesionar el desarrollo integral de las personas.
El Vicario de Cristo resaltó la importancia de impulsar condiciones de trabajo justas, bien remuneradas, seguras y equitativas.
"Sé que no es fácil poder congeniar en un mundo cada vez más competitivo, pero es peor dejar que el mundo competitivo termine determinando el destino de los pueblos. El lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común. Y, cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso se llama exclusión", aconsejó.
En el evento, el Asesor de la Pastoral Laboral en la Conferencia del Episcopado Mexicano, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, pidió al Pontífice que interceda por los trabajadores para un respeto laboral adecuado.
Los invitados saturaron las instalaciones donde el Santo Padre fue recibido con porras como "Amigo, Francisco, Juárez está contigo".
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