CIUDAD JUÁREZ, Chih., (OEM-Informex).- Al reunirse con empresarios y trabajadores de Ciudad Juárez, Su San
"Esta pobreza es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia. Es un lujo que nadie se puede dar, no se puede dejar solo y abandonado el presente y el futuro de México".
Dijo que desgraciadamente, el tiempo en el que vivimos ha impuesto el paradigma la mayor can
En las instalaciones del Gimnasio del Colegio de Bachilleres de Chihuahua (Cobach), Francisco mencionó que la mejor inversión es generar oportunidades, debido a que la mentalidad reinante pone el flujo de personas al servicio del flujo de los capitales provocado en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos de usar y tirar.
"Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más. El flujo del capital no puede determinar el flujo de la vida de las personas".
Acompañado por dirigentes empresariales de todo el país, de Chihuahua y Ciudad Juárez, el Sumo Pontífice planteó que muchas veces la Doctrina Social de la Iglesia se le cuestione sobre si se pretende que los empresarios sean instituciones de beneficencia o que transformemos nuestras empresas en instituciones de filantropía, pero la única pretensión que tiene la Doctrina Social de la Iglesia es velar por la integridad de las personas y de las estructuras sociales.
Después de escuchar los mensajes de Daisy Flores Gómez, de oficio secretaria, y de Jesús Arturo Gurrola, empleado, advirtió que cada vez que se vea amenazada o reducida a un bien de consumo, la Doctrina Social de la Iglesia será voz profética que "nos ayudará a todos a no perdernos en el mar seductor de la ambición".
El Jefe del Estado Vaticano reconoció que cada sector tiene la obligación de velar por el bien del todo, ya que "todos estamos en el mismo barco", de ahí que "todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía, por lo que esta actitud no sólo genera una mejora inmediata, sino que a la larga va a transformarse en una cultura capaz de promover espacios dignos para todos, esta cultura, nacida muchas veces de las tensiones, va gastando un nuevo estilo de relaciones, un nuevo estilo de nación".
En este encuentro lanzó una reflexión a los convidados: ¿qué mundo queremos dejarles a nuestros hijos? ¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿Quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral? ¿O quiere dejarles una cultura de la memoria del trabajo digno, del techo decoroso y de la tierra para trabajar? ¿En qué cultura queremos ver nacer a los que seguirán? ¿Qué atmósfera van a respirar? ¿Un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza o, por el contrario, un aire capaz de generar alternativas, generar renovación y cambiamiento?
Por lo anterior dejo en claro que lo planteado no es fácil, pero es peor dejar el futuro en manos de la corrupción, el salvajismo, de la falta de equidad, "sé que no es fácil muchas veces armonizar todas las partes de la negociación, pero sé también que es peor y nos termina haciendo más daño, la carencia de negociación y la falta de valoración".
Francisco indicó que no es fácil poder congeniar en un mundo cada vez más competitivo, pero es peor dejar que el mundo competitivo termine determinado el destino de los pueblos", de ahí que el lucro y el capital no sean un bien por encima del hombre y que estén al servicio del bien común, y "cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso se llama exclusión"
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