Patricia Carrasco
Son "rumores malintencionados" los señalamientos respecto a la existencia de un distanciamiento con el Vaticano, aseguró el cardenal Norberto Rivera Carrera, al encabezar la celebración de la misa Crismal, con motivo del Jueves Santo, en la Catedral Metropolitana de México y descartó que haya una ruptura entre él y el Papa Francisco.
El arzobispo primado de México sostuvo que hay perfecta comunión, respeto y obediencia para con el máximo líder de la Iglesia Católica, Mario Bergoglio. "Quiero dejar bien claro, delante de ustedes, mi presbiterio y Pueblo de Dios, que para con el Papa Francisco hay perfecta comunión, respeto y obediencia; además, hay sincero cariño y amistad. No me cabe duda que su persona y su ministerio son un don que Dios ha dado a su Iglesia. Y queremos que sepa, Santo Padre, que usted está en nuestra oración y nuestro corazón, y que el pueblo de México le será siempre fiel", afirmó el prelado.
En compañía de todos los sacerdotes y obispos de la capital del país, Rivera Carrera recordó los exhortos que el Papa hizo a los religiosos durante su estancia en territorio mexicano. En su homilía señaló: "ante los rumores malintencionados de algunos que quieren ver una ruptura de un servidor o de Arquidiócesis con el Santo Padre, quiero dejar bien claro, delante de ustedes, mi presbiterio y Pueblo de Dios, que para con el Papa Francisco hay perfecta comunión, respeto y obediencia, además hay sincero cariño y amistad, no me cabe duda que su persona y su ministerio son un don que Dios ha dado a su Iglesia. Y queremos que sepa, Santo Padre, que usted está en nuestra oración y nuestro corazón, y que el pueblo de México le será siempre fiel", afirmó el arzobispo primado de México.
Rivera Carrera recordó el mensaje que el Obispo de Roma dirigió a los obispos durante su visita a México, en el que los exhortó a reclinarse con "delicadeza y respeto" sobre el alma de los fieles, para lo que es necesario que los ministros de culto tengan una "mirada limpia, un alma transparente y un rostro luminoso". Y argumentó que él tiene por convicción respetar la libertad de expresión dentro de la Iglesia, la cuál continuará dentro del Consejo Episcopal, del Consejo Presbiteral y en las distintas estructuras que tiene la Iglesia. El prelado confirmó que aquellos que están colaborando en el Semanario Católica "Desde la fe", que se edita en LA PRENSA, "porque es el periódico de la Arquidiócesis, no del arzobispo, los que piensan que el arzobispo es la Iglesia se les paró el reloj hace 50 años", aclaró.
Con música sacra de fondo, y la Catedral representa con la presencia de 500 sacerdotes, 200 diáconos, y 100 seminaristas, el cardenal manifestó que el Papa Francisco les pidió tener una "verdadera conversión pastoral, a no quedar paralizados dando viejas respuestas a las nuevas demandas". "Como dijo bien Su Santidad en Morelia, no podemos caer en la tentación de la resignación; cada uno de nosotros tiene que poner su esfuerzo para construir una urbe y un país mejor. Nadie que se diga cristiano puede justificarse como Caín: '¿acaso soy yo guardián de mi hermano?' Todos tenemos un ámbito de responsabilidad y de compromiso, y en ello debemos empeñarnos con responsabilidad", señaló. México "necesita de la misericordia de Dios; necesita conversión y arrepentimiento, pues sólo así podremos salir de la espiral de la violencia, de la degradación y de la corrupción, que nos abaten". "El Papa nos pidió tener una verdadera conversión pastoral, a no quedar paralizados dando viejas respuestas a las nuevas demandas; exhortó a cansarnos sin miedo en la tarea de evangelizar; a no caer en la tentación de la distancia y el clericalismo, de la frialdad y la indiferencia, a evitar el comportamiento triunfal y la autorreferencia". Como Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, cada año deseamos vivamente celebrar su Pascua, no porque sea un recuerdo nostálgico del pasado, sino porque al celebrarla con el pueblo cristiano hacemos presente la salvación del Señor, experimentamos su inmenso amor, y se abren de nuevo las compuertas de la misericordia para la Iglesia, destacó en su sermón.
No olvidemos, queridos hermanos sacerdotes, que somos canales y no la fuente; la fuente inagotable de la misericordia es el Señor, y nosotros no debemos ser un obstáculo para que fluya su gracia; por el contrario, debemos distribuirla con la misma generosidad y abundancia que brota de la fuente, que es el costado abierto del Señor, su corazón herido y traspasado, que no deja de amarnos y de padecer por nosotros
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