Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
Integrantes de una familia que viajaban a bordo de un camión del transporte público se opusieron a entregarles sus pertenencias a dos sujetos que los amagaron con armas de fuego. Esto los hizo enojar, por lo que accionaron sus pistolas contra esas tres personas y las hirieron para luego huir. Como se desangraban, el chofer del bus los trasladó a la Clínica 25 del IMSS.
Estando en el nosocomio, el chofer de la unidad les comentó a los policías que al ir circulando por Avenida Ignacio Zaragoza, a la altura de la estación Peñón Viejo de la Línea A del Metro, dos sujetos que poco antes se habían subido, se levantaron de sus asientos y portando armas de fuego amedrentaron a los usuarios exigiéndoles que les entregaran sus objetos de valor.
Pasaron por los asientos, la gente temerosa de que les hicieran algo, les comenzaron a entregar celulares, carteras, monederos y otros objetos de valor que llevaban consigo. Pero al llegar hasta los asientos de la parte trasera del camión de la ruta 104, con placas de circulación 584NZ017, se encontraron a los tres familiares y apuntándoles con las armas les gritaron que les entregaran sus pertenencias.
Sin embargo, estas tres personas se negaron e intentaron despojar a los delincuentes de las pistolas, pero su intención no tuvo éxito; lo que único que hicieron fue hacer enojar a los malvivientes y éstos accionaron sus armas de fuego contra sus víctimas, quienes comenzaron a desangrarse; al ver esto, los mafiosos se bajaron del camión y huyeron del lugar.
Otras de las personas que viajaban con los lesionados le solicitaron al chofer del camión del servicio público que los apoyara y llevara a un hospital a los tres heridos, por lo que el conductor del bus se dirigió rumbo a la Clínica 25 del IMSS, y los ingresaron por el área de urgencias, en donde los médicos los prepararon para checar las heridas y sustraerles las balas.
Hasta el cierre de esta edición, no se había reportado el estado de salud de los tres hombres que fueron heridos en el camión, y al llegar el agente del ministerio público de Iztapalapa se entrevistó con el chofer de la unidad del transporte público, y éste les dijo que "los familiares me pidieron que los llevara a un hospital, que no esperara a la ambulancia, por eso los traje a esta clínica", por lo que no se le encuentra culpable de nada
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