J. Adalberto Villasana
Quedaron expuestas las deficiencias del transporte público en el Valle de México, donde los asaltos están a la orden del día, pero también los accidentes, las largas filas, el riesgo de un accidente vial por el mal estado de las unidades y la falta de capacitación de los operadores.
Y quienes viven en la Ciudad de México y municipios conurbados padecen todos los días una terrible odisea, en la que lo único favorable es llegar a su destino en una pieza.
La señora Luz María acusa el abandono del transporte público que se ve obligada a usar, porque se aplica el doble Hoy No Circula. "Simplemente no se puede", antes de llegar a esto, debieron crear una alternativa real y viable para la gente. "No es sólo, hoy no circulas", la pregunta es cómo y con qué nos trasladamos, dijo.
Horas de filas, empujones y apretujones en las horas pico. Trayectos que normalmente se hacen en 15 minutos, llegan a ser hasta de una hora, porque, paradójicamente, aún y cuando dejaron de circular 40 por ciento de los autos particulares, "hay embotellamientos viales, cuando no es la reducción de carriles, es la desincronización de los semáforos o el cierre de una vialidad por obras o manifestación", señaló el señor Ignacio Corona.
El Metro no se da abasto, ahora es notorio que las escaleras mecánicas empiezan a fallar y los accidentes con lesionados son un comentario común, acusó Sergio Torres.
Y las autoridades le piden a los ciudadanos dejar de usar el auto, y subirse a la bicicleta, al tiempo que recomiendan no hacer actividad física al aire libre, en un mensaje contradictorio, argumentó Antonio Esquivel.
Mientras las combis, microbuses y autobuses son muestra del servicio de trasporte público concesionado, con unidades viejas y altamente contaminantes, que laboran en la total anarquía todos los días al subir y bajar pasaje en doble y hasta triple fila, con tal de ganar.
Pero lo peor es que para subirse hay que hacer una larga fila que lleva varios minutos, mientras que en el Metro, a empujones y gritos aborda la gente, recordó Hortensia Morales.
La ciudadanía encontró que tanto público como concesionado, el transporte lleva años de abandono: sucio, contaminante, insuficiente, ineficiente, inseguro, operadores mal capacitados
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