Sean misericordiosos

CIU­DAD DEL VA­TI­CA­NO, (No­ti­mex).- El Pa­pa Fran­cis­co de­di­có hoy el re­zo do­mi­ni­cal del Re­gi­na Coe­li a las ma­dres del mun­do y pi­dió a los sa­cer­do­tes ejer­ci­tar la "ca­pa­ci­dad del per­dón" y no can­sar­se de "ser mi­se­ri­cor­dio­sos".

"Los in­vi­to a de­di­car un re­cuer­do y una ora­ción a to­das las ma­dres. Re­ci­te­mos un Ave Ma­ría pa­ra to­das las ma­dres", de­cla­ró el Pon­tí­fi­ce.

Al tér­mi­no de la ora­ción del Re­gi­na Coe­li, que en tem­po­ra­da pas­cual sus­ti­tu­ye al An­ge­lus, Fran­cis­co re­cor­dó que hoy se ce­le­bra en Ita­lia y en otras par­tes del mun­do el Día de las Ma­dres.

El je­fe de la Igle­sia ca­tó­li­ca tam­bién nom­bró a 13 nue­vos sa­cer­do­tes, a los que ex­hor­tó a no can­sar­se de ser siem­pre mi­se­ri­cor­dio­sos.

"Por fa­vor, de­ben te­ner esa ca­pa­ci­dad de per­dón que ha te­ni­do el Se­ñor, que no vi­no a con­de­nar, si­no a per­do­nar. Ten­gan mu­cha mi­se­ri­cor­dia", de­cla­ró en la ce­re­mo­nia, ce­le­bra­da en la ba­sí­li­ca de San Pe­dro.

"Me due­le mu­cho ver per­so­nas que no van a con­fe­sar­se por­que han si­do bas­to­na­das, re­ga­ña­das. Han sen­ti­do que las puer­tas de la Igle­sia se les ce­rra­ban. Por fa­vor no ha­gan es­to: mi­se­ri­cor­dia, mi­se­ri­cor­dia", agre­gó.

Di­jo que "el buen pas­tor en­tra por la puer­ta y la puer­ta de la mi­se­ri­cor­dia son las he­ri­das del Se­ñor".

Tam­bién pi­dió "ser fie­les a la doc­tri­na del Se­ñor" y di­jo que los sa­cer­do­tes no son pro­pie­ta­rios de esa doc­tri­na, si­no que "es la doc­tri­na del Se­ñor".

Tras el re­zo del Re­gi­na Coe­li (rei­na del cie­lo), el Pa­pa re­cor­dó que hoy se ce­le­bra la Jor­na­da Mun­dial de las Vo­ca­cio­nes.

"Tam­bién hoy, co­mo en los tiem­pos de Je­sús, mu­chos se pro­po­nen co­mo pas­to­res de nues­tras exis­ten­cias, pe­ro só­lo el Re­su­ci­ta­do es el ver­da­de­ro Pas­tor que nos da la vi­da en abun­dan­cia", afir­mó.

Re­cor­dó que los pas­to­res de­ben sa­ber ca­mi­nar fren­te al pue­blo, en me­dio del pue­blo o de­trás del pue­blo.

"En es­te tiem­po nues­tro la voz del Se­ñor co­rre el ries­go de ser so­fo­ca­da por mu­chas vo­ces", di­jo y ex­hor­tó "a to­dos los bau­ti­za­dos, las fa­mi­lias, las pa­rro­quias, los mo­vi­mien­tos a asu­mir el com­pro­mi­so de pro­mo­ver las vo­ca­cio­nes con con­cien­cia y con­vic­ción".

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