Raúl Macías, Foto: Sergio Vázquez
Luis Adrián Guzmán Sosa, ayer se arregló rápido para no llegar tarde a recoger a su hijo de siete años en la escuela primaria cercana a su domicilio; lo esperó sonriente a que cruzara la puerta del colegio, y juntos bromeando y platicando se fueron caminando, pero cerca de ellos cuatro ojos esperaban el momento de actuar y como aves en rapiña se les acercaron y sin mediar palabra alguna los cazaron a balazos.
Eran las 18:39 horas, momentos justos en los que los alumnos de la escuela primaria "La Prensa Pemex" del turno vespertino terminaban sus clases, y al escuchar los disparos de las armas de fuego, padres de familia agarraron de las manos a sus hijos y unos se tiraron al suelo, y otros más salieron corriendo a toda prisa para evitar que una bala perdida les alcanzara.
A unos pasos de donde quedaron los cuerpos lesionados de Luis Adrián Guzmán Sosa, de 29 años de edad, y su hijo Edwin Tadeo "N", de siete, se encontraba un auto en marcha que inmediatamente abordaron los sujetos para evitar ser detenidos.
Las víctimas se encontraban malheridas en el asfalto, y al llegar los paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) revisaron a Luis Adrián, pero ya había dejado de existir, no así el pequeño Edwin que fue subido a una de las ambulancias, pero rumbo a un hospital cercano, dejó de existir por las lesiones de bala que tenía en varias partes del cuerpo.
El cuerpo de Luis Adrián fue rodeado por sus familiares que no daban crédito a lo sucedido, mucho menos al conocer que los sujetos sin piedad acribillaron también al niño sin tener ningún remordimiento; entonces, ante la magnitud de la tragedia aprovecharon para exigir que se haga justicia y se detenga a los dos sujetos que accionaron su arma contra sus parientes.
Eran lágrimas de dolor las de la familia e impotencia de vecinos que nada pudieron hacer por las víctimas cuando fueron cazadas por dos "buitres" como los calificaron ayer, al asegurar que "no tienen perdón de Dios, qué les hacía la criaturita; que se pudran en el infierno" y unieron sus rezos a los de la familia para pedir por el eterno descanso de dos víctimas de la inseguridad en la ciudad
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