Patricia Carrasco
Los ríos de peregrinos que vinieron a la Basílica de Guadalupe, en los últimos 4 días, sumaron alrededor de 9.000,000 de fieles (2.000,000 más que el año pasado)
Vinieron de todos los estados de la República mexicana y de países como Puerto Rico, Guatemala, España, El Salvador, Costa Rica, Belice y Estados Unidos, entre otros.
Ayer, tras la Misa de las Rosas y durante todo el día, se reportó que los millones de creyentes regresaban a sus lugares de origen y tomaban las calles aledañas a la Basílica de Guadalupe para buscar el Metro, Metrobús, camiones de cargas o foráneos que ofrecen salidas a algunos municipios del Estado de México.
Sus pies ya no podían más, se veían exhaustos, las ampollas no les permitían pisar firme; los que cargaron pesadas imágenes de la Virgen en bulto, mostraban que sus espaldas estaban doloridas. Sus rostros demacrados por noches de desvelo y largas caminatas, pero se veían serenos, en paz, por haber venido un año más a venerar a la Morenita del Tepeyac y agradecer sus milagros.
Se realizaron 200 voceos de localización y se reportaron, hasta la tarde de ayer, cinco personas extraviadas, las cuales fueron recuperadas informaron autoridades correspondientes.
Las cuadrillas de limpia y servicios urbanos de la Delegación Gustavo A. Madero reportan la recolección de más de 200 toneladas de basura, así como el abasto de más de 210,000 litros de agua potable.
Los creyentes, ahora, tomaron el camino a casa en sus camionetas, carros o camiones de carga con los estandartes de la Virgen. Prometieron que si tienen vida, el próximo año regresan de nuevo a la Villa.
Grupos de católicos de Estados Unidos, Colombia, Guatemala, Venezuela, platicaron su emoción por estar presentes en el santuario mariano más visitado de América Latina y sentir la energía que se genera con millones de católicos que profesan su fe a la "madre amorosa": la Virgen de Guadalupe.
Pero la gran mayoría de los peregrinos, desde que salieron de sus pueblos y rancherías, ruegan a la Virgen de Guadalupe su protección para poderla visitar en su "casa". A las autoridades correspondientes que tomen una serie de medidas para facilitarles el peregrinaje durante las fiestas guadalupanas.
La celebración es grande para todos los presentes, aunque la mayoría viste de manera cómoda y sencilla, porque muchos pernoctan en el suelo, en algún rincón del atrio; en la Casa del Peregrino o en sus transportes "amontonaditos".
Aunque los indígenas mazahuas y tlaxcaltecas, lucieron sus faldas y blusas bellamente bordadas con lentejuelas o chaquiras, hilos dorados o plateados. También aprovechan para calzar zapatos en color plateado o dorado que combinara con su atuendo. Y muchas de ellas, portaron un cuadro de la Virgencita.
No importa el gasto que represente venir cada año a la Basílica de Guadalupe para todos representa vestir de fiesta al corazón, sentir que cumplen con la Guadalupana, que siempre los llena de amor y los hace mejores personas, comentaron peregrinos de Santa María Chautempan, Tlaxcala, que desde hace 20 años de manera ininterrumpida acuden a este santuario mariano.
El haber cumplido un año más a todos los llena de alegría, debido a que son partícipes del festejo a la Morenita del Tepeyac. Del amor que su presencia inunda al pueblo de México y América Latina, dijeron peregrinos de Cholula, Puebla
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