Patricia Carrasco
En la misa conmemorativa del CDLXXXIII aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, el nuncio apostólico, Christophe Pierre, elevó una oración a la Morenita del Tepeyac, para que en esta patria mexicana se pueda lograr desterrar el egoísmo, la ambición, el mal, la corrupción, la violencia y la muerte.
El nuncio apostólico se pronunció por eliminar la violencia, la pobreza y la enfermedad, y dijo que Dios a través de la Virgen, hace una invitación a reconciliarse para que exista la fraternidad y la paz.
En una entrevista, el representante del Papa en México destacó que esta celebración en torno a la Virgen, se debe atender el mensaje de paz, "de construir una sociedad más de hermanos, no de enemigos, de liberar el odio y la injusticia", al tiempo de hacer a un lado todos los males que puedan dañar a nuestra sociedad.
"Sabemos que la aparición de la Virgen de Guadalupe ha sido para la historia de México un momento extraordinario de unión, de comunión, de reconciliación. Y entonces, la Iglesia propone en esta fiesta reconciliarse y trabajar por la paz", dijo luego en su homilía.
La misa inició con la entrada del nuncio apostólico y los obispos y sacerdotes que la concelebraron, con el cántico: "desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana bajó al Tepeyac... Suplicante juntaba sus manos,(Y eran mexicanos y eran mexicanos y eran mexicanos, su porte y su faz. Juan Dieguito la Virgen le dijo: Este cerro elijo este cerro elijo, para hacer mi altar...".
Grupos de indígenas con bellos y elegantes atuendos típicos, entregaron en grandes canastas y botes de madera 5,000 rosas a la virgencita. Atrás, danzantes prehispánicos cantaron en náhuatl y español y bailaron en honor a la Morenita del Tepeyac.
En la entrega de las rosas, el nuncio bendecía las rosas y la Basílica, con la presencia de más de 10,000 personas dentro y cientos de miles afuera, escucharon una hermosa canción en náhuatl. Al final, las rosas benditas fueron repartidas a los creyentes ahí presentes.
A los fieles ahí reunidos, les convocó a mostrar a la Virgen de Guadalupe "nuestro agradecimiento por el don de su presencia y por el cuidado maternal que nos manifiesta a través de su imagen estampada milagrosamente sobre la tilma de Juan Diego".
"Convocó a trabajar para hacer de esta patria mexicana, una tierra suya, y en consecuencia, donde reine el amor, la fraternidad, la paz y no tengamos miedo, María está con nosotros".
En México, agregó, la Virgen eligió a un pequeño, entre los pequeños de la sociedad para decir que no estamos solos, ella está cerca de nosotros para decirnos, mediante su hijo, reine la fraternidad, la comprensión, el bien y la paz
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