Alejandro Colón
Al promulgar la reforma constitucional con la que se crea el Sistema Nacional Anticorrupción, el Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que es un paso histórico en favor de una nueva cultura de la legalidad, en busca de poner fin a la impunidad, y advirtió que la lucha contra la corrupción "debe ser un desafío que nos convoque y nos comprometa a todos los mexicanos".
En el Patio de Honor del Palacio Nacional, ante dirigentes y legisladores de distintos partidos políticos, el Jefe del Ejecutivo advirtió que esta reforma transformadora, la número doce, "es una reforma contra la impunidad". Y como Presidente de la República, dijo, "estoy firmemente comprometido con el combate frontal a la corrupción, y con el fortalecimiento de la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas".
Con esa misma convicción, recordó que el primer compromiso que firmó como candidato presidencial, y la primera propuesta legislativa que impulsó como Presidente Electo, estuvieron dirigidos, precisamente, contra la corrupción.
Ante ello, dijo estar seguro de que así como los mexicanos hemos logrado consolidar nuestra democracia, así también habremos de vencer este desafío en contra de la corrupción.
Admitió que aún es mucho lo que falta por construir, "pero si mantenemos el impulso transformador y la corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanos, México logrará superar y vencer este gran flagelo de nuestro tiempo que es la corrupción", confío.
Antes de firmar el decreto correspondiente, el Presidente Peña Nieto resaltó algunos de los puntos más significativos de esta reforma, entre ellos que se establece y articula todo un Sistema Nacional Anticorrupción.
Se trata, abundó, "de una moderna instancia de coordinación entre las autoridades locales y federales, con atribuciones amplias para prevenir, detectar y sancionar irregularidades administrativas y delitos por actos de corrupción".
El nuevo sistema, agregó, velará porque el desempeño de los servidores públicos se apegue a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia.
Además de otorgarle nuevas facultades a la Auditoría Superior, la reforma eleva a rango constitucional su mandato para promover responsabilidades ante las autoridades competentes, a efecto de que sean sancionados tanto servidores públicos, como particulares, refirió
.
Publicar un comentario