Por Noel F. Alvarado.
NAUCALPAN, Méx.- Tras un litigio de siete años, la Sala Unitaria Penal de Tlalnepantla confirmó la sentencia condenatoria dictada a los Policías Municipales de Naucalpan, Jesús Antonio Roldán Villegas y Jesús González Martínez, por el delito de abuso de autoridad, causando ejecutoria la sentencia definitiva por lo que se ordenó su destitución definitiva del cargo y su inhabilitación por cinco años para desempeñar cargo, empleo o comisión públicos.
Ambos policías pertenecían a la Zona-12 de este Municipio que comprende colonias como Valle Dorado, la Altamira, San José de Los Leones Primera y Segunda Sección, Mártires de Río Blanco y Ampliación Mártires de Río Blanco, entre otras.
De acuerdo al pliego de consignación contra los acusados, el 15 de julio de 2009, durante un incidente de tránsito sobre Avenida de Las Granjas de la colonia Mártires de Río Blanco, entre una camioneta tipo Pick Up, modelo 93 y una camioneta colectiva tipo Urvan de la ruta-34, donde los conductores ya habían llegado a un arreglo, una decena de Policías Municipales pertenecientes a la Doceava Zona arribaron al lugar.
Los gendarmes al mando del entonces Comandante Jesús González Martínez, Clave Z-12, arribaron a bordo de las patrullas 1209, 1207, 1206, 1205, 1203 y 1201. Sin mediar palabra alguna y aunque el conductor de la Urvan, Luis Alberto Corona Carretero nunca solicitó el apoyo a los policías, éstos comenzaron a agredir verbal y físicamente al joven Fernando "N" de 18 años de edad, conductor de la Pick Up, por lo que su hermano Francisco "N" de 19 años de edad, quien iba de copiloto intervino y también fue brutalmente golpeado.
Sangrando y semidesnudos, los consanguíneos permanecieron privados de su libertad por un lapso de cuatro horas en el interior de las patrullas 12-07 y 12-03, entonces conocidas como "perreras", estacionadas en las afueras del Cuartel General de la Policía Municipal de Naucalpan.
En tanto, que la camioneta Pick Up, quedó abandonada en el lugar de los hechos, no sin antes haber sido saqueada por los municipales. Con lesiones en el rostro y varias partes de su cuerpo, los jóvenes víctimas de los policías, fueron bajados de las unidades y abandonados sobre la Avenida Juárez a las afueras del Centro de Justicia.
Al ingresar a esta dependencia para interponer una denuncia, el Ministerio Público les indicó que tenían que acudir a la Agencia Metropolitana ubicada en el Toreo de Cuatro Caminos, donde le tomaron declaración solamente a Fernando y les comentaron que después los mandarían llamar en la Mesa de Responsabilidades en Tlalnepantla.
El haber denunciado a los Policías Municipales, costó la vida a los jóvenes, ya que la suegra del policía Agustín Alejandro Luna Infante elemento al mando de Jesús González Martínez, ofreció dinero a los familiares de éstos para que retiraran los cargos, pues ya estaban enterados de que había una denuncia en su contra.
Ante la negativa de los familiares, la mujer que ofreció el dinero exclamó "No importa porque el pinche comandante ya sabe cómo parar el pedo, les pidió cinco mil pesos a cada elemento". Ese mismo día los hermanos que se encontraban en un convivio, fueron llevados con engaños a otra colonia donde a los pocos minutos de haber llegado los privados de la vida.
Por estos hechos también están relacionados los Policías Municipales de Naucalpan, Jesús González Martínez, Jesús Antonio Roldán Villegas, Agustín Alejandro Luna Infante y el actual Jefe de Turno de la Doceava Zona, Avelino Hernández Jácome, entre otros.
La madre de los jóvenes Cristina Castillo, señaló que recibió amenazas de muerte y tras denunciar a los antes mencionados, éstas cesaron, por lo que ratifica esta denuncia públicamente y hace responsables a estos policías de cualquier atentado que llegara a sufrir ella o algún integrante de su familia.
También aseguró tajantemente que los policías municipales, quienes brindaban protección a integrantes de la banda conocida como "La Diez de Abril" de la colonia Plan de Ayala Primera Sección, son los autores intelectuales, pues tenían acosados a sus hijos, ya que a mediados de marzo del 2009, detuvieron a Francisco y a su amigo, otro joven de nombre Ricardo, por beber en la vía pública, pero no se conformaron con golpear a Francisco también lerobaron 800 pesos en efectivo y su teléfono celular.
"Luego de la agresión los pusieron a disposición del Juez Calificador, donde acudí para sacarlo y me enteré de lo que había pasado, por lo que decidí hablar con el Técnico Operativo de ese entonces Pompeyo Carbajal y le pedí que le regresaran su dinero y su celular, que no quería problemas ni perjudicarlos. Nos dijo que lo viéramos en el Tecali que se ubica en la colonia Altamira a las 19:00 horas", señaló la señora Castillo.
"Ahí mi hijo Francisco reconoció a los policías Fernando González Manzano, Jorge González González, alias "El Frijol" y a la mujer policía Lorena Alcauther García, como los mismos que lo lesionaron y robaron su celular". "Ante esta imputación Jesús González Martínez habló con ellos y frente a mi le devolvieron el dinero y le tomaron fotografías, cosa a la que no le tome importancia".
"El siguiente día el jefe de turno nos entregó dos celulares obsoletos y nos comentó, que el comandante Jesús dijo que a ver cuál nos servía porque la mujer policía había tomado vacaciones".
"El disgusto y el enojo de los policías y su comandante fue muy evidente, porque su superior les ordenó arreglar las cosas o atenerse a las consecuencias. De ahí en adelante con las fotos que le tomaron a mi hijo comenzaron a acosarlo, pero no sólo a él sino a Fernando también, donde los encontraban los agredían verbalmente. Hasta ese día del incidente de tránsito, que decidimos denunciarlos y mire de lo que fueron capaces de hacer esos criminales", agregó.
A pesar de lo expuesto, los policías sentenciados y sus cómplices continúan laborando en el Municipio de Naucalpan.
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