Por: Armando Maceda
Diputados de diversos grupos parlamentarios se formaron para firmar en tribuna del pleno y con prometerse con sacar la iniciativa que adiciona la fracción V BIS al artículo 3° de la Ley General de Salud para elevar a ley y ser obligatorio y permanente los programas de detección temprana de cáncer de mama y cervicouterino, propuesta por la diputada Francisca Elena Corrales Corrales.
La priista pidió el apoyo para aprobar la ley al señalar la gravedad del problema de salud al revelar que en México mueren cuatro mil mujeres al año por cáncer cervicouterino, mientras que el cáncer mamario representa una pesada carga de muertes prematuras, pues 60 por ciento de las mujeres que muere tiene entre 30 y 59 años de edad y al menos "90 por ciento de ellas son madres de familia".
Dijo que el cáncer cervicouterino es la primera causa de muerte por neoplasias en mujeres mayores de 25 años, y de acuerdo con los datos del Colegio Mexicano de Especialidades en Ginecología, cada dos horas una mujer fallece en México por esta causa, en tanto que el Sistema Nacional de Salud brinda atención médica aproximadamente a nueve mil casos de cáncer cervicouterino invasor.
Señaló que anualmente se diagnostican 500 mil casos de cáncer de seno en el mundo y la población de Latinoamérica es considerada como de alto riesgo para desarrollar esta enfermedad. Cada año se reportan 68 mil casos nuevos y las tasas más altas corresponden a Chile y México.
Estimó que quienes lo padecen pierden 21 años potenciales de vida, debido a que el promedio por este mal es de 57 años, mientras que la esperanza de vida de una mujer sana es de 78 años.
Un diagnóstico oportuno, resaltó, permite la curación en 98 por ciento de los casos, y sin embargo, en México 80 por ciento se diagnostican en etapa avanzada, con probabilidades de curación de sólo el 35 por ciento de los diagnósticos.
Agregó que un estudio de 256 mujeres mexicanas con esta enfermedad reveló que en 90 por ciento de los casos ellas mismas identificaron su padecimiento y sólo el 10 por ciento se diagnosticó en etapa uno, mientras que 30 por ciento se practicó la autoexploración, pero un porcentaje menor lo hizo adecuadamente.
En cuanto al cáncer cervicouterino, Corrales Corrales reconoció la importancia de la cobertura universal y la incorporación de la vacuna contra el virus del papiloma humano, pero independientemente de esta vacunación, las mujeres tienen que realizarse una prueba de Papanicolaou, pues con la vacuna se evitarán ocho de cada 10 cánceres, pero dos no, enfatizó.
Esta enfermedad es absolutamente prevenible y su tratamiento es relativamente fácil si el diagnóstico es oportuno.
"La mejor opción para disminuir la mortalidad por cáncer cervicouterino es la detección y el tratamiento oportuno de lesiones precursoras y lesiones malignas por medio de programas de detección oportuna", dijo.
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