El diputado Gerardo Villanueva Albarrán denunció que el deporte en la Ciudad de México se ha desplomado en diez años por desinterés del Instituto del Deportes y los jefes delegacionales y propuso que las demarcaciones regresen al Gobierno del Distrito Federal 12 instalaciones deportivas que se encuentran prácticamente en el abandono.
A través de un punto de acuerdo ante al Pleno de la Cámara de Diputados, el legislador del PRD consideró una medida errónea la asignación de estos centros a las Jefaturas Delegacionales el 31 de enero de 2001, pues el objetivo de hacerlos funcionales y eficaces que se buscaba no se cumplió y, por el contrario, sólo provocó deterioro y opacidad en su operación.
Ante la carencia de instalaciones y estímulos adecuados, muchos atletas capitalinos migraron a otras entidades y esto, junto con la mala preparación de quienes se quedaron, se reflejó en una caída del Distrito Federal en el medallero de las Olimpiadas Nacionales, como en 2012, cuando quedó en el noveno lugar con 239 preseas frente a los mil siete de Jalisco, 710 de Nuevo León y 594 de Baja California, entidades todas con menos población.
Además del poco gasto que se asigna al Instituto del Deporte (IDDF), Gerardo Villanueva identificó como causa de esto a la incapacidad que tiene para intervenir en los deportivos, el desvío de los recursos que en ellos se generan y el consiguiente abandono y deterioro de los mismos.
Recordó que mediante el acuerdo del 2001, el GDF entregó los deportivos "Francisco I. Madero", "Guelatao", "Margarita Maza de Juárez", "Centro Hípico", "Rosendo Arnaiz", "Plan Sexenal", "Tiempo Nuevo","Magdalena Mixhuca", "Velódromo Olímpico", "Virgilio Uribe", "Francisco Márquez" y "Juan de la Barrera" a las jefaturas de las delegaciones donde se encuentran.
Sin embargo, las autoridades de Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo, Tlalpan, Iztacalco, Venustiano Carranza, Xochimilco y Benito Juárez los utilizan para eventos de todo tipo, como conciertos, exposiciones, circos, espectáculos privados y hasta político-electorales, sin informar a dónde van los recursos obtenidos.
Lo cierto es que no han sido para su mantenimiento, sostenimiento, seguridad, desarrollo y funcionamiento, como lo establece el Código Financiero, pues no hay mecanismos que las obliguen a ello, y tampoco para la creación de escuelas técnico-deportivas, las cuales sólo existen en el papel de los informes de los jefes delegacionales.
En esta última década, además, se ha visto cómo las delegaciones asignan menos personal a la enseñanza deportiva y cómo utilizan el régimen de autogenerados para explotar a profesores de disciplinas que cobran una miseria por su tiempo y esfuerzo
Los propios medios de comunicación han denunciado esta situación de abandono y la falta de transparencia en los millonarios permisos en la Magdalena Mixhuca.
El IDDF tampoco hace gran cosa por dichos centros, pues al perder autoridad sobre ellos se vieron inutilizados para coordinar la preparación de los atletas de alto rendimiento y quedó marginado a actos menores en las calles y en espacios no aptos para el deporte masivo.
Su presupuesto, que en 2001 era de 124 millones de pesos, quedó en 55 millones para 2012. Mientras Jalisco destina en promedio 23 pesos para el deporte de cada uno de sus habitantes, Nuevo León 70, Yucatán 71 y Quintana Roo 171, el Distrito Federal sólo asigna seis pesos.
En su argumentación al Pleno al proponerle este punto de acuerdo, Gerardo Villanueva reconoció que cada entidad tiene autonomía en su administración de la materia deportiva, pero agregó que ante esta situación, la Cámara de Diputados debe ejercer su corresponsabilidad constitucional con el Distrito Federal.
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