Por: Noel F. Alvarado.
En un claro ajuste de cuentas, Marco Aurelio Martínez Mancilla, fue acribillado a balazos en los momentos en que viajaba a bordo de una motoneta en calles de la Colonia Zona Escolar a un costado del Reclusorio Preventivo Norte en la delegación Gustavo A. Madero. Los criminales, huyeron a bordo de un automóvil. En la escena del crimen, los investigadores encontraron al menos 10 casquillos percutidos de arma de fuego calibre .40.
Por la forma en que fue cometido este asesinato, los encargados de las investigaciones de la Fiscalía de la procuraduría capitalina en Gustavo A. Madero, presumen que se debe a una venganza relacionada con alguna célula del crimen organizado que opera impunemente en la zona norte del Distrito Federal; sin embargo, será conforme avancen las indagaciones cuando se conozcan los motivos por los que fue ultimado este hombre.
De acuerdo a las primeras investigaciones de la procuraduría capitalina, Marco Aurelio Martínez Mancilla, viajaba a bordo de una motoneta negra con naranja placas U-99-FC, sobre la avenida Adolfo López Mateos de la Colonia Zona Escolar en Cuautepec Barrio Bajo, a un costado del Reclusorio Preventivo Norte en la delegación Gustavo A. Madero.
En el cruce con la calle Maestro Ignacio Manuel Altamirano, fue alcanzado por varios sujetos que viajaban a bordo de un automóvil, mismos que sin mediar palabra, sacaron armas de fuego y le dispararon en repetidas ocasiones.
Varias de las balas se alojaron en el cuerpo de este hombre, quien se desvaneció bañado en sangre. Luego de ello, los agresores escaparon. En tanto, algunos testigos de inmediato solicitaron la intervención de personal de los cuerpos de socorro y de la policía.
Uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, implementaron un operativo en una amplia zona; sin embargo, no lograron detectar a los responsables. En tanto, paramédicos de la Cruz Roja y del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, revisaron el cuerpo del baleado, Marco Aurelio Martínez Mancilla, de 40 años de edad y diagnosticaron que ya había dejado de existir a consecuencia de las heridas de bala.
Durante la inspección ocular, los investigadores de la procuraduría capitalina encontraron por lo menos 10 casquillos percutidos de arma de fuego calibre .40, para uso exclusivo del Ejército y las fuerzas armadas, los cuales son analizados por personal de la Coordinación General de Servicios Periciales de la PGJDF en busca de evidencias.
Una vez que los investigadores de la procuraduría capitalina realizaron la inspección ocular y luego de recoger toda evidencia que los lleve al esclarecimiento de este crimen, el cadáver de Marco Aurelio, fue trasladado al anfiteatro de la fiscalía de la PGJDF en Gustavo A. Madero, donde se dio inicio a la averiguación previa FGAM/GAM-1/T-2/00990/13-05, en la Coordinación Territorial Gustavo A. Madero Uno, donde se continúa con las indagaciones.
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