CIUDAD DEL VATICANO, 6 de octubre (OEM-EFE).- El Papa Francisco pidió hoy a los fieles que le acompañaban en la Plaza de San Pedro una oración por los inmigrantes que murieron en el naufragio ocurrido cerca de la isla italiana de Lampedusa.
"Querría recordar junto a vosotros a las personas que han perdido la vida en Lampedusa el pasado jueves: recemos todos en silencio por estos hermanos y hermanas nuestros, mujeres, hombres niños. Dejemos llorar a nuestro corazón, recemos en silencio", dijo Francisco.
Durante el rezo del Angelus, el Pontífice interrumpió su discurso y dio un nuevo mensaje sobre la tragedia ocurrida el pasado jueves, que deja al menos 111 muertos, según los últimos datos provisionales, y que calificó esta semana como "vergüenza".
Por otra parte, el Banco del Vaticano tiene 300.000,000 de euros de más de 1,000 clientes que, según sus estatutos, no podrían tener cuentas en la entidad y que, en gran parte, ocultan dinero negro, informa hoy el semanario alemán "Der Spiegel".
La publicación, que cita fuentes internas del banco, asegura que estos datos han salido a la luz tras la revisión interna llevada a cabo por el nuevo equipo directivo de la entidad, nombrado por el Papa Benedicto XVI en febrero de 2013 para acabar con la historia de escándalos del Instituto para las Obras de Religión (IOR).
La dirección teme que algunos particulares se hayan beneficiado de que en el Vaticano no se tasan los beneficios de las inversiones, no se ha prohibido el blanqueo de capitales hasta 2011 y tradicionalmente no se ha cooperado con autoridades judiciales extranjeras, argumenta la revista.
El nuevo presidente de la entidad, el alemán Ernst von Freyberg, quiere romper con estos clientes y ya les ha comunicado que se va a proceder a cerrar sus cuentas.
Según los estatutos de la entidad, solamente el clero, las organizaciones de la iglesia católica, las instituciones benéficas y las entidades del Vaticano pueden mantener cuentas en el IOR.
El Banco del Vaticano publicó esta semana por primera vez su balance anual, dentro de su proceso de reforma, y declaró un beneficio neto de 86.600,000 euros en 2012.
Freyberg explicó entonces que "el IOR está comprometido en un proceso de exhaustivas reformas, para promover los más rigurosos estándares profesionales y de conformidad".
Nunca antes el Banco del Vaticano había publicado sus cuentas y su secretismo le había llevado a ser incluido en "la lista negra" de las instituciones financieras.
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