Patricia Carrasco, Enviada; Texto y foto
TIJUANA, B.C. - En esta ciudad fronteriza, en el Desayunador Salesiano Padre Chava, ubicado en la calle Primera, a un lado del Río Tijuana, y a cargo del padre Ernesto Hernández, se da alimentación a los centenares de migrantes que son deportados a diario por Estados Unidos.
Cuenta el cura Ernesto Hernández que el Desayunador Salesiano Padre Chava se fundó el 30 de enero de 1999, por el padre Salvador Romo Gutiérrez, la señora Margarita Andonaegui y un grupo de personas voluntarias.
Recordó que el origen del desayunador se remonta a cuando al padre Chava le detectan cáncer, en la etapa terminal. Era él un hombre estusiasta, para jóvenes en colonias populares. Empezó con el proyecto con mucho estusiasmo, pese a que su cáncer ya estaba en estado terminal. Tres años después de fundar la casa, un 30 de enero, falleció.
El proyecto se inició en lugares prestados. El primero fue en parte de un taller, luego una cochera; más tarde en un restaurante bar, que por la mañana lo prestaban.
Entrevistado por LA PRENSA, el padre Ernesto Hernández dice que él tiene cuatro años de haberse sumado al proyecto. "Con apoyo del gobierno mexicano y de instituciones europeas, se pudo comprar el predio que ahora ocupa el Desayunador. Además de dar desayuno, dan otros servicios como, de que llaman de dignificación, ofrecen regaderas, cortes de cabello, ropa limpia y ropa en buen estado, atención médica, de vinculación para que puedan llamar por teléfono a sus familias.
Los orientan según el caso a acudir a distintas instancias de gobierno, derechos humanos, migratorios para obtener un documento. Retorno a casa, algunos sí deciden regresar.
Su labor la reconoce y valora la sociedad tijuanense. El cura, sencillo de trato, gentil con los migrantes, comenta que él ve en la otra persona el rostro de Dios. No hay discriminación por identidad religiosa, ni de nacionalidad. Viene el que tiene necesidad y respeta las reglas. Ya sea que el migrante venga sucio, despeinado, con sus bolsas o maletas.
Sus puertas abren a las 8:30 de la manana, para atender primero a niños, mujeres y personas de la tercera edad, no hay un pago, todo lo que se da es de manera gratuita, algunos grupos los ayudan, empresas, clubes de amigos, que se encargan de patrocinar la comida una vez al mes, pero no está cubierto todo el mes, es uno de los aportes que tienen, cuando no tienen esos días del mes, y el resto a través del equipo.
El desayuno se da de lunes a sábado, voluntarios, hay un grupo base, de los que ahí se albergan, además de dar de comer hay otros 14 servicios, uno de ellos es el albergue, asesorados por algún voluntario externo.
"Llegan momentos en que no hay suficientes voluntarios ni tampoco recursos y alimentos, hay días que no tenemos para dar de comer al día siguiente, desde la providencia de Dios, no permite dar alimentos. No tienen nada seguro".
Desde hace 15 años que se fundó el Desayunador Salesiano, nunca han dejando de dar alimento a los migrantes y deportados en esta ciudad fronteriza.
Tijuana acoge a los migrantes, es una ciudad que se formó de migrantes.
En todas las familias alguien vino de otro lugar, a quedarse, era una sociedad muy acogedora, lamentamente, por mala influencia de medios, se ha criminalizado a los migrantes, donde se empezó a manejar que maleante es igual a migrante, entonces se ve como un riesgo y un problema.
TIJUANA, B.C. - En esta ciudad fronteriza, en el Desayunador Salesiano Padre Chava, ubicado en la calle Primera, a un lado del Río Tijuana, y a cargo del padre Ernesto Hernández, se da alimentación a los centenares de migrantes que son deportados a diario por Estados Unidos.
Cuenta el cura Ernesto Hernández que el Desayunador Salesiano Padre Chava se fundó el 30 de enero de 1999, por el padre Salvador Romo Gutiérrez, la señora Margarita Andonaegui y un grupo de personas voluntarias.
Recordó que el origen del desayunador se remonta a cuando al padre Chava le detectan cáncer, en la etapa terminal. Era él un hombre estusiasta, para jóvenes en colonias populares. Empezó con el proyecto con mucho estusiasmo, pese a que su cáncer ya estaba en estado terminal. Tres años después de fundar la casa, un 30 de enero, falleció.
El proyecto se inició en lugares prestados. El primero fue en parte de un taller, luego una cochera; más tarde en un restaurante bar, que por la mañana lo prestaban.
Los orientan según el caso a acudir a distintas instancias de gobierno, derechos humanos, migratorios para obtener un documento. Retorno a casa, algunos sí deciden regresar.
Su labor la reconoce y valora la sociedad tijuanense. El cura, sencillo de trato, gentil con los migrantes, comenta que él ve en la otra persona el rostro de Dios. No hay discriminación por identidad religiosa, ni de nacionalidad. Viene el que tiene necesidad y respeta las reglas. Ya sea que el migrante venga sucio, despeinado, con sus bolsas o maletas.
El desayuno se da de lunes a sábado, voluntarios, hay un grupo base, de los que ahí se albergan, además de dar de comer hay otros 14 servicios, uno de ellos es el albergue, asesorados por algún voluntario externo.
"Llegan momentos en que no hay suficientes voluntarios ni tampoco recursos y alimentos, hay días que no tenemos para dar de comer al día siguiente, desde la providencia de Dios, no permite dar alimentos. No tienen nada seguro".
Desde hace 15 años que se fundó el Desayunador Salesiano, nunca han dejando de dar alimento a los migrantes y deportados en esta ciudad fronteriza.
Tijuana acoge a los migrantes, es una ciudad que se formó de migrantes.
En todas las familias alguien vino de otro lugar, a quedarse, era una sociedad muy acogedora, lamentamente, por mala influencia de medios, se ha criminalizado a los migrantes, donde se empezó a manejar que maleante es igual a migrante, entonces se ve como un riesgo y un problema.
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