¡DE 20 BALAZOS!

Raúl Ma­cías, Foto: Rogelio Tinoco

En los mo­men­tos en que una pa­re­ja ca­mi­na­ba por el cru­ce de Mer­ca­de­res y He­rre­ros, en la Uni­dad Ha­bi­ta­cio­nal El Ro­sa­rio, un par de su­je­tos lle­ga­ron a bor­do de una mo­to­ci­cle­ta y co­men­za­ron a dis­pa­rar­les en va­rias oca­sio­nes. En el lu­gar de los he­chos que­dó el cuer­po sin vi­da de la fé­mi­na y me­tros ade­lan­te su acom­pa­ñan­te, quien re­sul­tó he­ri­do de gra­ve­dad y fue tras­la­da­do a Po­lan­co.

A las 0:30 ho­ras de ayer, se to­mó co­no­ci­mien­to que en la di­rec­ción se­ña­la­da ca­mi­na­ba una pa­re­ja y fue sor­pren­di­da por un par de in­di­vi­duos. De acuer­do a tes­ti­gos, sin me­diar pa­la­bra am­bos ti­pos se les pa­ra­ron en­fren­te y co­men­za­ron a dis­pa­rar­les, y fue en ese pun­to don­de que­dó el cuer­po de la mu­cha­cha, mien­tras que el hom­bre al­can­zó a co­rrer cer­ca de 100 me­tros y ca­yó.

Al ver que la jo­ven, quien fue iden­ti­fi­ca­da co­mo Ma­ri­ce­la Juá­rez Nú­ñez de 37 años de edad, se en­con­tra­ba sin vi­da y pen­san­do que el acom­pa­ñan­te tam­bién, los si­ca­rios se re­ti­ra­ron a to­da pri­sa. Co­mo la gen­te se per­ca­tó que el hom­bre se­guía con vi­da, so­li­ci­ta­ron el apo­yo de los cuer­pos de res­ca­te, y a bor­do de una am­bu­lan­cia de la Cruz Ro­ja lo tras­la­da­ron a sus ins­ta­la­cio­nes de Po­lan­co.

Los mé­di­cos que re­ci­bie­ron al le­sio­na­do, le rea­li­za­ron una ope­ra­ción pa­ra ex­traer­le las ba­las que te­nía en el cuer­po, y tras va­rias ho­ras de ar­dua la­bor lo­gra­ron ha­cer­lo, pe­ro se re­por­ta el es­ta­do de sa­lud de esa per­so­na co­mo gra­ve pe­ro es­ta­ble, aun­que ase­gu­ran que se de­ben de­jar pa­sar las pri­me­ras 48 ho­ras que son las más crí­ti­cas, de acuer­do a per­so­nal de la Cruz Ro­ja.

Por su par­te, pe­ri­tos de la Pro­cu­ra­du­ría Ge­ne­ral de Jus­ti­cia ca­pi­ta­li­na (PGJDF), quie­nes se pre­sen­ta­ron en el lu­gar, re­ti­ra­ron cer­ca de una vein­te­na de cas­qui­llos per­cu­ti­dos, pe­ro no se dio a co­no­cer cuán­tos de esos "plo­mos" le qui­ta­ron la vi­da a la mu­jer y cuán­tos le­sio­na­ron al hom­bre, pe­ro al pa­re­cer to­dos die­ron en el "blan­co", sos­pe­chán­do­se que se tra­ta de un ajus­te de cuen­tas.

Has­ta el mo­men­to esa es una de las prin­ci­pa­les lí­neas de in­ves­ti­ga­ción, por­que por la for­ma en que fue­ron agre­di­dos, no se tra­tó de un in­ten­to de asal­to, pe­ro se es­pe­ra que el hom­bre que se en­cuen­tra le­sio­na­do sal­ve su vi­da y sea él quien apor­te nue­vos da­tos a las au­to­ri­da­des pa­ra que se es­cla­rez­ca es­te asun­to y se lo­gre dar con el pa­ra­de­ro de los agre­so­res
.