Patricia Carrasco
Para decir adiós al Papa Francisco, se dieron cita miles de personas afuera de la Nunciatura Apostólica, una vez más no les importó tolerar el frío, horas de espera, y para amenizar la triste despedida, cantaban "melón y papaya... que el Papa, no se vaya". México reza por
A las 7:44 horas, el Pontífice se acercó a los músicos para agradecerles el gesto y tomarse la foto del recuerdo. Y afuera los gritos desesperados de las personas que esperaban eran ensordecedores. "Santo Padre, Santo Padre, tu bendición... Francisco, hermano, ya eres mexicano".
La puerta se abrió poco antes de que el Sumo Pontífice saliera de la sede apostólica en México, y se notaba que el Papa Francisco y su séquito, alistaban detalles para su salida rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; en su úl
Por fin, el griterío estalló: "ahí viene", eran las 7:51 cuando salió de la puerta de la Nunciatura y se dirigió a saludar a los enfermos en sillas de ruedas, ubicados exactamente frente a la casa de la nunciatura, fueron los más afortunados al recibir las caricias y saludos de mano del jefe de la Iglesia Católica.
Los tocó y a cada uno de ellos les impuso el signo de la cruz, algunos alcanzaron a besarle la mano, otros no pudieron, pero feliz, repartió bendiciones a diestra y siniestra.
El Papa Francisco se tomó su tiempo para besar a algunos niños, mientras recibía pequeños regalos, como dibujos, flores y cartas.
El Papa abordó el papamóvil, seguido por el convoy que lo acompañaría en el recorrido de 19 kilómetros desde el sur de la Ciudad de México hasta el Hangar Presidencial.
Las personas se dispusieron a lo largo de las vallas metálicas colocadas sobre la Avenida Insurgentes, al cruce de la calle Juan Pablo II, para observar el recorrido que realiza el Sumo Pontífice hacia el aeropuerto capitalino.
Una vez iniciado el recorrido fue saludado por miles de personas que, con gritos y banderas de los colores del Vaticano, amarillo y blanco, despedían al jefe de la Iglesia Católica.
A su paso por Río Churubusco, el Papa Francisco descendió del papamóvil y bajó a saludar a las personas que lo esperaban, pero también aprovechó el momento para cambiar de vehículo. Abordó el pequeño Fiat 500 blanco, en el que también se ha trasladado durante sus trayectos.
Alrededor de las 8:25 de la mañana, el auto con el Papa a bordo llegó al Hangar Presidencial, donde también lo esperaban decenas de personas, niños y música para darle el último adiós al Vicario de Cristo en esta capital.
Y ahí lo despidieron el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y la
.
Publicar un comentario