El activista social Julián LeBarón hizo público este viernes que "he decidido desvincularme del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD)", dado que, considera, esta organización de víctimas de la violencia en México abandonó el "método efectivo" de amagar a las autoridades con la desobediencia civil y "fundamentalmente se convirtió en interlocutor con partidos políticos y el gobierno, instituciones que no pueden ayudar sin dividir más, endeudar más y fracasar más como intermediarios de la sociedad".
A través de una misiva dirigida al MPJD, LeBarón comenzó a publicar en este espacio informativo desde enero pasado, el activista originario de Chihuahua aseguró que, cuando las autoridades pierden su legitimidad, por "dejar de ser éticas", entonces los problemas "morales y económicos" del país se convierten en "asuntos cívicos, que deben asumirse como responsabilidad ciudadana y no gubernamental".
Por ello, aclaró, su distanciamiento del Movimiento por la Paz, no implica abandonar el activismo y "seguiré luchando por este fin y propósito, (el cual) es el camino que me tracé en un inicio, cuando fue asesinado mi hermano Benjamín LeBarón y mi amigo Luis Widman".
Consultado al respecto, el poeta Javier Sicilia, figura emblemática del Movimiento por la Paz, consideró que en la misiva que LeBarón dirigió al MPJD "hay una equívoca apreciación, ya que nosotros no hemos apostado nada más al diálogo con el Presidente y los poderes, esa es sólo una parte de lo que se ha hecho", puesto que "en el centro del Movimiento está el diálogo entre las víctimas de la violencia, el diálogo con organizaciones civiles, así como la movilización, esa es la verdadera impronta del Movimiento por la Paz".
A su vez, el defensor de derechos humanos Emilio Álvarez Icaza, otro de los principales representantes del MPJD, afirmó que "a los ciudadanos no les toca sustituir a los gobernates, pues para eso les pagamos, para que trabajen y den resultados; lo que nos toca es exigir que funcionen, sí nos toca demandar, sí nos toca inclusive construir, porque creo que la sociedad forma parte del Estado".
Además, subrayó, el diálogo con las autoridades "sólo es una de las distintas estrategias emprendidas por el Movimiento por la Paz, y no la única".
Ambos, no obstante, consideraron que a LeBarón "se le quiere y se le respeta", seguirá siendo posible mantener caminos paralelos e, incluso, convergentes en distintos planteamientos.
La última charla en Cuernavaca
En su misiva, Julián LeBarón afirma que, tras tomar la decisión de separarse del MPJD, "me reuní con Javier, a quien considero un gran líder y noble amigo".
Así recuerda Sicilia el encuentro, ocurrido hace 20 días.
"Julián fue a la casa, me dijo que quería platicar conmigo y yo se lo agradezco mucho –narra el poeta–. Nos queremos mucho, somos hermanos de dolor y hermanos de corazón. Así que lo invitamos a comer a Cuernavaca, conversamos y me comentó su decisión. Yo le dije: 'Julián, no tiene sentido hacerlo explícito', pero él se empeñó".
Y es que, afirma Sicilia, "esa fue la forma en que siempre ha estado Julián en el Movimiento: participa por momentos en las actividades colectivas, luego se concentra en su lucha personal, y así ha sido siempre, así hemos vivido a Julián, con esa libertad, así lo hemos sentido, así lo hemos y seguiremos amando, por eso me queda la incógnita de por qué explicitarlo".
Sicilia abunda, sobre la plática en Cuernavaca: "Nunca me aclaró bien la razón de hacer explícito algo que así había sido siempre, y pues yo le contesté, 'Julián, no estoy de acuerdo en que lo hagas público, ya que así has estado siempre, pero si lo quieres hacer público te acompaño, sabes que siempre he estado contigo y, si así te sientes mejor, si así sientes que tu voz será más fuerte, te acompaño, ya sabes que en el Movimiento a nadie se le determina, cada quién está cómo quiere estar y hasta donde quiere'."
No obstante, aseguró el poeta, "Julián seguirá siendo alguien que expresa la voz de las víctimas, una voz más de la tribu que expresará el dolor de las víctimas del Movimiento; donde esté, junto con nosotros o en otros foros, él seguirá siendo una voz fundamental que nos representa a todos".
Además, remató, "sé que a Julián lo seguiremos llamando a estar en algún lugar con nosotros".
Los logros del MPJD
En torno a las críticas que LeBarón formuló a la estrategia de negociación con las autoridades, Álvarez Icaza afirmó en entrevista que, gracias a estos procesos de acercamiento tanto con el presidente Calderón como con el Poder Legislativo, "se logró aprobar la educación media-superior como obligatoria, presupuestos históricos para becar a jóvenes de bachillerato, se logró reconocer la deuda que hay con las víctimas, al crearse la Procuraduría de Atención a Víctimas de la Violencia, aunque haya que hacerle muchos ajustes".
Además, continuó enlistando, "a través del diálogo y la presión a las autoridades, en Nuevo León, por ejemplo, se logró que expedientes de víctimas que tenían dos hojas, se tradujeran en al menos 15 aprehensiones".
Asimismo, a través de estos diálogos "se logró que cambiara por completo la narrativa, oficial y social, de lo que está ocurriendo en México en términos de violencia y de las víctimas: éste es ya un tema de las campañas electorales y, en el debate público, ahora hay mucho más entendimiento y sensibilidad para con los afectados por la violencia, las víctimas, los desplazados, los desaparecidos, los asesinados, que era algo que ni siquiera estaba en el horizonte de la gente".
Y lo más importante de todo, subrayó el defensor de derechos humanos, es que "ahora tenemos un saldo organizativo de la sociedad, que antes no teníamos, y esto no sólo es por la conformación del MPJD en sí mismo, sino porque, a partir de las Caravanas, se articularon nuevas expresiones y espacios ciudadanos: se crearon, por ejemplo, Acapulco por la Paz, Guerrero Hasta la Madre, Xalapa por la Paz, el grupo Lucha Por Amor, Verdad y Justicia, y también se han hecho alianzas con gente de Juárez, de Durango, de Nuevo León y de otros estados."
"Por supuesto que no es suficiente –concluyó–, pero el Movimiento sí ha hecho aportes muy importantes, y no sólo nosotros, sino muchos otros actores actuando en sinergia, porque esto no se trata de logros individuales, sino colectivos."
A la lista de progresos sociales a los que ha contribuido el MPJD desde su surgimiento, en marzo de 2011, además, Javier Sicilia sumó el debate de una iniciativa de Ley de Víctimas y puso énfasis en la "sensibilización alcanzada, en haber puesto en el centro de la conciencia nacional el problema de injusticia, de corrupción, y la necesidad de que el Estado se reforme".
Antecedentes de lucha
Las acciones de la familia LeBarón contra la inseguridad en el municipio de Galeana iniciaron el 2 de mayo de 2009, cuando uno de sus integrantes, Eric, de 16 años, fue secuestrado para reclamar un rescate de un millón de dólares.
La comunidad mormona de LeBarón, Chihuahua, emprendió entonces una movilización colectiva contra las autoridades estatales, cuyo nivel de presión social fue tal que, una semana después, Eric fue liberado por sus captores, sin cobrar rescate alguno.
A partir de entonces, Benjamín, hermano mayor de Eric y de Julián, se mantuvo a la cabeza de un movimiento social contra el secuestro en Chihuahua, hasta que el 8 de julio de 2010, fue raptado junto con su cuñado Luis Carlos Widman, por un grupo de sujetos armados que, momentos después, los asesinó.
Desde entonces, Julián LeBarón se convirtió en representante del reclamo social contra la violencia en Chihuahua y, en particular, del reclamo familiar y comunitario por castigo a los homicidas de Benjamín y Luis Carlos, así como de muchas otras personas avecindadas en Galeana, que también han sido víctimas de la delincuencia organizada.
Es en este contexto que, en mayo de 2011, Julián LeBarón se adhirió al Movimiento por la Paz, con una participación destacada en la marcha de Cuernavaca al DF, luego en las Caravanas al norte y sur del país, así como en los diálogos con el presidente Calderón en el Castillo de Chapultepec.
En su misiva de desvinculación, LeBarón les dice a los miembros del MPJD que "hemos caminado mucho y quiero decir enfáticamente que tengo un profundo amor y respeto por los amigos y seres queridos que han movido conciencias con su ejemplo, fuerza y voluntad. Juntos hemos recorrido nuestro país para dar testimonio de lucha y fortaleza. Amo a quienes han dado su vida por defender la libertad y la dignidad de todos".
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