Arturo R. Pansza
México entero se paralizó por más de dos horas. En las oficinas, escuelas y negociaciones que no tenían nada que ver con el giro de alimentos y bebidas, ayer se suspendieron actividades de manera temporal mientras jugaba la Selección Mexicana de futbol, contra su similar de Croacia.
En todo el país los habitantes estuvieron a la expectativa del partido y las calles prácticamente lucieron vacías durante la participación de México en el Mundial de Brasil.
Al final, valió la pena dedicarle un espacio a apreciar el juego de los seleccionados mexicanos que ganaron 3 a 1 y ahora, esperar el próximo encuentro en octavos de final el próximo domingo contra Holanda.
Restaurantes, bares, lugares de comida rápida, cantinas, en fin, todo sitio comercial en el que se expenden alimentos y bebidas, lucieron con lleno completo a la hora del partido, al ofrecer a los consumidores en pantallas gigantes el encuentro de México contra Croacia.
Se siguió el encuentro sin el cargo de conciencia de haber suspendido las diversas actividades del día.
Incluso en oficinas se hizo la típica coperacha para comprar comida y ver entre los compañeros de trabajo el futbol.
En calles del Distrito Federal, entre las 15:00 y 17:00 horas, se observó a poca gente. Los medios de transporte lucían semivacíos, en tanto que había un número reducido de automovilistas que circulaban.
A las personas que se llegó a observar que caminaban, en su mayoría estaban atentas al juego, al portar una radio o pararse en los sitios públicos y negociaciones en donde se contaba con pantallas en las que se daba seguimiento a la participación de los futbolistas mexicanos.
cada quien
celebro a su manera
La población, a su manera, siguió a la Selección Mexicana de futbol, no dejó de tenerla presente en el día y, a la hora del partido, disfrutar el mismo pero a la vez, padecer con algunas jugadas peligrosas que hicieron los croatas.
Gritos de "¡goool", no dejaron de escucharse en lugares públicos en los que se colocaron pantallas, al igual que en negociaciones, tal es el caso de restaurantes, e incluso en la calle ante el resonar de la euforia que surgía de los hogares y centros de trabajo, en los que fue un buen pretexto para reforzar la unidad familiar y laboral.
Mientras que la ciudad lucía vacía, el júbilo y euforia no se hizo esperar entre los aficionados que acudieron a restaurantes, cantinas, el Zócalo capitalino y al Monumento a la Revolución, entre otros, a observar el triunfo de México contra Croacia.
México entero se paralizó por más de dos horas. En las oficinas, escuelas y negociaciones que no tenían nada que ver con el giro de alimentos y bebidas, ayer se suspendieron actividades de manera temporal mientras jugaba la Selección Mexicana de futbol, contra su similar de Croacia.
Al final, valió la pena dedicarle un espacio a apreciar el juego de los seleccionados mexicanos que ganaron 3 a 1 y ahora, esperar el próximo encuentro en octavos de final el próximo domingo contra Holanda.
Restaurantes, bares, lugares de comida rápida, cantinas, en fin, todo sitio comercial en el que se expenden alimentos y bebidas, lucieron con lleno completo a la hora del partido, al ofrecer a los consumidores en pantallas gigantes el encuentro de México contra Croacia.
Se siguió el encuentro sin el cargo de conciencia de haber suspendido las diversas actividades del día.
Incluso en oficinas se hizo la típica coperacha para comprar comida y ver entre los compañeros de trabajo el futbol.
En calles del Distrito Federal, entre las 15:00 y 17:00 horas, se observó a poca gente. Los medios de transporte lucían semivacíos, en tanto que había un número reducido de automovilistas que circulaban.
A las personas que se llegó a observar que caminaban, en su mayoría estaban atentas al juego, al portar una radio o pararse en los sitios públicos y negociaciones en donde se contaba con pantallas en las que se daba seguimiento a la participación de los futbolistas mexicanos.
cada quien
celebro a su manera
La población, a su manera, siguió a la Selección Mexicana de futbol, no dejó de tenerla presente en el día y, a la hora del partido, disfrutar el mismo pero a la vez, padecer con algunas jugadas peligrosas que hicieron los croatas.
Gritos de "¡goool", no dejaron de escucharse en lugares públicos en los que se colocaron pantallas, al igual que en negociaciones, tal es el caso de restaurantes, e incluso en la calle ante el resonar de la euforia que surgía de los hogares y centros de trabajo, en los que fue un buen pretexto para reforzar la unidad familiar y laboral.
Mientras que la ciudad lucía vacía, el júbilo y euforia no se hizo esperar entre los aficionados que acudieron a restaurantes, cantinas, el Zócalo capitalino y al Monumento a la Revolución, entre otros, a observar el triunfo de México contra Croacia.
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