Patricia Carrasco
Al condenar el asesinato del padre Gregorio López Gorostieta y unirse a la pena que embarga a la familia del sacerdote, los más de 120 obispos mexicanos repitieron por enésima ocasión un "¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos".
En ese sentido, la Arquidiócesis Primada de México condenó toda clase de violencia y exigió a las autoridades la pronta justicia, al tiempo que elevó sus oraciones por el eterno descanso del padre "Goyito", como cariñosamente le decían los fieles, y para que encuentren cristiano consuelo todos los que lo admiraban y querían.
Los obispos exigieron a las autoridades, locales y federales, el esclarecimiento urgente de éste y de los demás crímenes, como la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, y que se castigue conforme a derecho a los culpables.
A través de un comunicado, el Cardenal José Francisco Robles Ortega y el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, presidente y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), respectivamente, elevaron la voz de la jerarquía católica para condenar el asesinato, que nuevamente enluta a la Iglesia en esa entidad.
"Los obispos de México nos unimos a la pena que embarga a monseñor Maximino Martínez Miranda, a la Diócesis de Ciudad Altamirano, al Seminario Mayor "La Anunciación" por el sensible fallecimiento del padre Gregorio López Gorostieta, quien perdiera la vida de forma injusta y violenta".
Por lo que pidieron a Dios, que conceda al padre Gregorio el eterno descanso y fortalezca con la esperanza cristiana a sus familiares, a los seminaristas, a los formadores, a monseñor Maximino y a toda la Iglesia que peregrina en Ciudad Altamirano.
"Invocando la intercesión de Santa María de Guadalupe, renovamos nuestra invitación a unirnos para pedir a Dios por la conversión de todos los mexicanos, especialmente de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, y para que todos nos comprometamos a ser agentes en la construcción de un México justo, reconciliado y en paz".
Asimismo, el Arzobispado de México condenó toda clase de violencia y exige a las autoridades la pronta justicia, al tiempo que eleva sus oraciones por el eterno descanso del padre "Goyito".
Y se unió a la pena que embarga a la familia y amigos del sacerdote Gregorio López Gorostieta, asesinado en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano, a la altura de Tlapehuala.
López Gorostieta pertenecía a la Diócesis de Ciudad Altamirano, razón por la que también extiende sus condolencias al obispo, monseñor Maximino Martínez Miranda, quien hace pocas horas todavía suplicaba a los secuestradores por su vida.
"Que Santa María de Guadalupe acoja en su maternal seno el alma del sacerdote Gregorio López Gorostieta, y lo conduzca a la vida eterna al lado de Nuestro Señor Jesucristo", señaló
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