CIUDAD ALTAMIRANO, Gro, (OEM).- Mientras que el obispo de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda, exigió un "¡ya basta de asesinatos!", feligreses de la región de Tierra Caliente velaron entre llantos y reclamos de justicia, el cuerpo del sacerdote Gregorio López Gorostieta en el Seminario Mayor.
En la Diócesis de Altamirano, Martínez Miranda hizo un llamado a las autoridades federales y estatales para que esclarezcan el crimen cometido contra López Gorostieta y otros ciudadanos que han sido víctimas de la violencia.
El cuerpo del sacerdote Gregorio López fue encontrado con el tiro de gracia, detrás de la cabeza monumental del general Lázaro Cárdenas del Río, ubicada sobre la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, a la altura de Tlapehuala.
López Gorostieta fue interceptado por un comando armado, la noche del 21 de diciembre en la cabecera municipal de Ciudad Altamirano, considerada como el centro político de la Tierra Caliente de Guerrero.
Los captores nunca se comunicaron para solicitar el pago de un rescate, pese a que la Diócesis de Altamirano realizó una marcha encabezada por sacerdotes para implorar que se liberara con vida.
El cuerpo del sacerdote fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, lugar en el que varios integrantes de su familia se presentaron para identificarlo, y ayer por la noche arribó a la Catedral de Ciudad Altamirano.
De ahí fue llevado al Seminario Mayor, donde se veló por los representantes de la Iglesia y feligreses, hoy, finalmente, sus restos fueron trasladados a su natal Nachititla, Estado de México.
El obispo de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda expresó el dolor que atraviesa la Iglesia Católica por la muerte del padre "Goyito".
"Sabemos que vivimos momentos de violencia, que, a pesar de tanta vigilancia, siguen ocurriendo sucesos trágicos que consternan a todo el pueblo de Dios. Nosotros decimos ya basta de tanto dolor y tantos asesinatos, de tantos odios. Basta ya de la delincuencia, de tantas extorsiones y de todos aquellos que promueven inequidad y destrucción", expresó.
Retomó parte del mensaje del Papa Francisco, sobre todo la parte que dirige a los que engendran violencia para que se dejen tocar por Dios y así conviertan sus corazones de piedra en órganos que los acerquen a la humanidad.
"Aquí se vive lleno de conflictos y de violencia, hay mucha gente que no tiene sentido su vida y que vive en el mal, hacemos un llamado muy especial para ellos, para que rectifiquen", destacó el prelado católico.
En la Diócesis de Altamirano, Martínez Miranda hizo un llamado a las autoridades federales y estatales para que esclarezcan el crimen cometido contra López Gorostieta y otros ciudadanos que han sido víctimas de la violencia.
El cuerpo del sacerdote Gregorio López fue encontrado con el tiro de gracia, detrás de la cabeza monumental del general Lázaro Cárdenas del Río, ubicada sobre la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, a la altura de Tlapehuala.
López Gorostieta fue interceptado por un comando armado, la noche del 21 de diciembre en la cabecera municipal de Ciudad Altamirano, considerada como el centro político de la Tierra Caliente de Guerrero.
Los captores nunca se comunicaron para solicitar el pago de un rescate, pese a que la Diócesis de Altamirano realizó una marcha encabezada por sacerdotes para implorar que se liberara con vida.
El cuerpo del sacerdote fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, lugar en el que varios integrantes de su familia se presentaron para identificarlo, y ayer por la noche arribó a la Catedral de Ciudad Altamirano.
De ahí fue llevado al Seminario Mayor, donde se veló por los representantes de la Iglesia y feligreses, hoy, finalmente, sus restos fueron trasladados a su natal Nachititla, Estado de México.
El obispo de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda expresó el dolor que atraviesa la Iglesia Católica por la muerte del padre "Goyito".
"Sabemos que vivimos momentos de violencia, que, a pesar de tanta vigilancia, siguen ocurriendo sucesos trágicos que consternan a todo el pueblo de Dios. Nosotros decimos ya basta de tanto dolor y tantos asesinatos, de tantos odios. Basta ya de la delincuencia, de tantas extorsiones y de todos aquellos que promueven inequidad y destrucción", expresó.
Retomó parte del mensaje del Papa Francisco, sobre todo la parte que dirige a los que engendran violencia para que se dejen tocar por Dios y así conviertan sus corazones de piedra en órganos que los acerquen a la humanidad.
"Aquí se vive lleno de conflictos y de violencia, hay mucha gente que no tiene sentido su vida y que vive en el mal, hacemos un llamado muy especial para ellos, para que rectifiquen", destacó el prelado católico.
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