Patricia Carrasco
La Arquidiócesis Primada de México llamó a los católicos a preocuparse por los más necesitados y a atender a los que menos tienen, "así también debemos preocuparnos por la casa, el vestido, el sustento de los más pobres, porque su cuerpo también es el cuerpo de Cristo".
En el V Domingo de Cuaresma, el arzobispo de México, invitó: "convirtámonos a la cruz de nuestro Señor Jesucristo, dejémonos atraer por la fuerza poderosa del leño de la caridad y transformando nuestro corazón, hagamos una alianza de justicia con los hermanos empobrecidos".
Durante su homilía en la misa dominical de mediodía en la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado recordó que el Papa Francisco exige a su Iglesia convertirse en misionera, en llevar el amor de Dios a todos los rincones y a todas las personas.
También la eucaristía nos enseña, siguiendo el pensamiento patrístico, a tratar con exquisita caridad y delicadeza a los pobres, que son predilectos del Señor Jesús, y comprometernos con el mejoramiento de sus condiciones, dijo.
El prelado refirió: "si el evangelio de hoy es un preludio de la pasión, la primera lectura del profeta Jeremías nos ha descubierto el fruto más bello de la pasión: la nueva alianza: "he aquí que vendrán días, dice el Señor, en los cuales yo sellaré una alianza nueva con la casa de Israel y con la casa de Judá".
La Alianza, sin embargo, tiene no sólo una dimensión vertical con Dios que nos ha elegido, sino también una dimensión horizontal, pues nos ha hecho un pueblo, nos ha hecho hermanos, ha creado entre nosotros una solidaridad insospechada, por esta razón, la tradición eclesial nos insiste tanto en la necesidad de la práctica de la caridad fraterna durante las semanas cuaresmales.
El rostro del Dios verdadero es el del Dios de la alianza con los hombres, el Dios que habita en lo profundo de los corazones; convertirnos a ese Dios es convertirnos al hermano. Sólo un corazón puro, lleno de Dios, puede amar desinteresadamente al prójimo. Sólo el signo de la caridad fraternal es capaz de dar coherencia en nuestra vida al amor a Dios
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